¿Algún lector sabe descifrar los entresijos de la factura de la luz? ¿Y además comprende las oscilaciones y fluctuaciones de los precios (curiosamente, casi siempre al alza) de un día para otro?
Pues le rogaría que me lo explicara. De hecho, rogaría a la empresas productoras, distribuidoras y comercializadoras, la impartición de cursos a los clientes nada duchos en economía global como yo (veo necesarias unas 5 o 6 horas) para que todos comprendamos esos intrincados procesos de generación y venta de energía.
Aunque, ¿a ver si va a ser más fácil que todo eso? Me explico. Más o menos se puede entender que un conflicto como el de Ucrania afecte al precio del gas que Rusia suministra a Europa. Vale. Pero ¿por qué eso encarece la energía creada con generadores eólicos?.
Resulta que si hay sequía, sube el precio de la luz, por culpa de la hidroeléctrica. ¡Qué casualidad que la subasta referencie a ese tipo de energía!. Si está nublado, sube. Si no hay viento, sube. Y con todo lo contrario, sube. Vamos, que cuando no es la coyuntura económica, es el encarecimiento de la tecnología, o el descenso del precio del Maíz en el estado de Ilinois la causa de encarecimiento de la factura.
¿A ver si va a ser, que simplemente sube y sube por el ansia desmedida de unos cuantos que tienen un sillón en un consejo de administración?
Se puede estar a favor de un libre mercado total, pero pienso que cuando algo es inmoral, por muy legal que sea, hace falta intervenir y racionalizar. Y aquí se podrían incluir comisiones por mascarillas y por partidos de la Selección Española, prebendas y nombramientos a dedo, evasiones millonarias de capital y todo ese montón de basura que nos está lastrando como sociedad.
Rebajas de impuestos sí (probablemente con menos recaudación y mejor gestión, iría mucho mejor), pero intervención y regulación por parte de las administraciones, también.
Libre mercado, vale, pero si no es ético y con límites, no lo quiero.