Opiniones

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Torre Campamento

Al finalizar la Tercera Guerra Carlista, en Alcañiz quedaron tres torres ópticas o de comunicación: la del “Campamento” junto al Cabezo del Cuervo, la del “Gordizo” en la carretera de Caspe y la del Castillo en la torre del homenaje. Eso sí, apenas se utilizaron pues la Guerra concluyó a finales de 1875, unos meses después de iniciarse su construcción. Los aparatos telegráficos fueron retirados por el ejército liberal y ya no se volverían a utilizar.

Y es que este tipo de localizaciones son ideales para fotografiar y pintar con luz, porque la luz es color.

La cesta de Caperucita

El escritor francés Charles Perrault, a finales del siglo XVII, recopiló y dio forma literaria a diversos cuentos infantiles transmitidos oralmente que han pasado a formar parte de la niñez de muchas generaciones. Perrault les confirió una función educadora y preventiva añadiéndoles al final una moraleja. Uno de estos relatos, conocido por todos, es Caperucita Roja. La protagonista llevaba en una cestita galletas y miel a su abuela enferma que vivía en una casita en medio de un bosque plagado de lobos y otros peligros.

Con la inflación galopante que padecemos y que, dicho sea de paso, llena las arcas del Estado (a mayor subida de precios mayores ingresos por IVA), el Gobierno, a iniciativa de su vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha propuesto una cesta parecida a la de Caperucita Roja con productos básicos. Una conocida cadena de hipermercados ha recogido la idea y ofrece treinta artículos por 30 €. Esta cesta antiinflación no reúne ningún elemento fresco, ni carne ni pescado ni fruta ni leche ni huevos. Es más, ofrece géneros desaconsejados por Alberto Garzón, ministro de Consumo, por las grasas y azúcares que contienen.

Las grandes superficies saben que cuando se entra en alguno de estos establecimientos comerciales, aunque solo sea para echar una ojeada, raramente no se pasa por caja. Cuántas veces nos ha ocurrido ir a comprar algo que nos hace falta y salir con el carro lleno y, en ocasiones, sin lo que habíamos ido a buscar. Con la excusa de la cesta, pueden subir los precios de otras mercancías para compensar. Las multinacionales no van a perder nunca. Las perjudicadas serán las tiendas de proximidad en las que la ministra anima a comprar.

Estas no pueden llevar a cabo este tipo de ofertas ni competir con los supermercados.

Por otra parte, nos enfrentamos a la amenaza del desabastecimiento. Este verano ya ha habido problemas con algo tan simple como el hielo. El incremento generalizado de los costes está llevando a los productores a cerrar sus explotaciones agrarias y ganaderas lo que provocará la escasez de ciertos alimentos que habrá que importar. Se habla de la leche y no se descartan otros. Resulta paradójico que en España, que podría ser autosuficiente en el sector primario y despensa de Europa, vayamos a padecer desabastecimiento y dependamos de otros países como sucede en la industria. Y en la agricultura vamos por el mismo camino. Basta con mirar el origen de los artículos que consumimos. A este paso, llegaremos a las cartillas de racionamiento.

La Agenda 2030, aunque nos la tomemos a broma, avanza con paso firme.

Faltas de ortografía

Quizá sea por deformidad profesional pero me molesta sobremanera detectar faltas de ortografía en una publicación. Algunas rechinan más que las motos por las cuestas de Alcañiz en las noches de verano cuando, en las casas, estamos con las ventanas abiertas por el calor. Las más comunes son escribir los tiempos del presente de indicativo del verbo haber, “he, ha, has, han”, sin hache, confundir “haber “con “a ver”, “hecho” con “echo”, no distinguir entre “hay”, “ahí” y “ay”… Desconozco si todavía se estudian las reglas de ortografía dado que el memorizar no se estila y que se puede consultar internet, como dijo el anterior ministro de Universidades.

Las faltas de ortografía son reflejo del deterioro de la educación y de la carencia de lecturas. Podrían tener cierta excusa las cometidas por personas mayores que no han podido acceder a una buena formación. Hasta la Ley General de Educación de 1970, la escolarización obligatoria acababa a los 12 años. En los más jóvenes, con una teórica mejor preparación, serían menos disculpables. Además, los nuevos dispositivos y el afán de inmediatez en la comunicación han introducido profundos cambios en la forma de escribir con lo que hacerlo correctamente se ha convertido en una empresa poco menos que imposible.

Algunos literatos, como Gabriel García Márquez, han abogado por la supresión de la ortografía: “Jubilemos la ortografía, terror del ser humano desde la cuna: enterremos las haches rupestres, firmemos un tratado de límites entre la ge y la jota y pongamos más uso de razón en los acentos escritos, que al fin y al cabo nadie ha de leer lagrima donde dice lágrima ni confundirá revolver con revólver. Y que de nuestra be de burro y nuestra ve de vaca, que los abuelos españoles nos trajeron como si fueran dos y siempre sobra una”. Era su opinión.

Lo grave son las faltas de ortografía en los rótulos de la televisión y en Facebook, incluidos algunos grupos de Alcañiz. Y no me refiero solo a los comentarios de los particulares. Se puede redactar sin errores. Es tomarse la molestia de comprobarlo antes de publicar la información u opinión. Por otra parte, corregir al que se equivoca resulta un asunto delicado. No todo el mundo agradece y acepta de buen grado que le enmienden; hay mucha gente que se ofende y lo toma a mal al sentirse herida en su orgullo y autoestima. Un texto con faltas de ortografía desluce el mensaje que pretende transmitir, al menos para quienes percibimos dichos fallos, aunque nos llamen puritanos, intolerantes y otras cosas. ¿Por qué escribir mal si se puede hacer bien?

El empleo en Alcañiz

Parece que el número de personas empleadas en Alcañiz ha aumentado. El paro ha descendido. Sin duda es un motivo de alegría y celebración. Pero es necesario escarbar un poco para entender qué está pasando.

En Alcañiz no se están creando nuevos empleos. No ha venido ni una sola nueva empresa. Se están yendo. ¿Qué explicación tiene?

Hay dos explicaciones. Una, que los empleos a los que optan los alcañizanos están en los municipios próximos, Albalate, Andorra, Calanda, Valderrobres,... Diariamente muchos alcañizanos se desplazan a estos municipios para trabajar, porque Alcañiz no está teniendo la dinámica empresarial necesaria.

El segundo motivo es que personas que tienen trabajo en sus pueblos, lo siguen desarrollando en ellos pero se vienen a vivir a Alcañiz porque les da servicios, básicamente educación para los hijos y sanidad para la familia, que en el pueblo no tienen. Una vez más Alcañiz se sigue comiendo la comarca.

Otro tema: el comercio. No hace falta ser ni economista, ni estadístico, ni letrado para ver cuál es la situación del comercio en Alcañiz.

Aproximadamente está cerrando un comercio en Alcañiz cada veinte o veinticinco días (es un cálculo personal). Más allá de los datos o interpretaciones, invito a cualquiera a que dé un paseo crítico por la calle Blasco, la calle comercial alcañizana. El paseo crítico no es para decir, ¡vaya, este ha cerrado!, es para contar los establecimientos abiertos, incluyendo el BBVA, y los que han cerrado. Los números de esta simple suma asustan. Y ahora el virus del cierre se está extendiendo a la avenida Aragón.

No parecen muy buenos datos para el empleo alcañizano. No son datos para el optimismo.

Alcañiz, teniendo en cuenta los muchos que trabajan fuera, tiene un 8,93% de desempleados. La "pérfida" Calanda tiene 8,74%, algo menos, Andorra 7,78%, la "perfidísima" Teruel tiene un 7,63% y Valderrobres un 5,73%.

Por poner otro dato para ver cómo van las cosas, Caspe ha pasado de 8.500 habitantes en el año 2008 a 10.180 en la actualidad. Alcañiz ha pasado de 16.233 en el 2008 a 16.029 en la actualidad.

Datos para pocas alegrías.

Mamotretos

Hace unas semanas, la nueva secretaria de Estado para la Agenda 2030, Lilith Verstrynge, calificó al Santiago Bernabéu de “mamotreto dentro de la ciudad”. El estadio del Real Madrid, inaugurado en 1947, tiene la excusa de que se construyó en un descampado de las afueras de la urbe. En Alcañiz, disponemos de un buen repertorio de mamotretos que chirrían con el entorno.

Para muestra, no un botón sino la mole, a mi parecer incalificable, de la plaza de España. Somos muchos los que creemos que no se optó por el proyecto más adecuado. Pero este no es el único estropicio estético de nuestro pueblo. En la misma plaza, entre la fachada renacentista de la casa consistorial y la torre mudéjar de escolapios, se asoma la mancha marrón y roja del antiguo casino. En los años 60 y 70, estas disonancias arquitectónicas se consideraban una muestra de modernidad, como el bloque de la calle Lacueva. Hoy desentonan como a un santo dos pistolas.

El principal problema de los cascos antiguos de todas las ciudades ha sido y es el sucesivo abandono de la población con su consiguiente deterioro. Basta pasearse por las calles que dan al muro de Santiago y al de Santa María, lo que se llamaba la ciudad, con una gran cantidad de solares vacíos. La vida comercial se trasladó de las calles Mayor y Alejandre a la calle Blasco y a la avenida de Aragón; al mismo tiempo, la gente abandonó las casas unifamiliares para irse a vivir a la comodidad de los pisos donde no tenían que subir y bajar escaleras. Ahora, se han vuelto a poner en boga los chalets adosados y los dúplex. Cuestión de modas.

Una de las tareas de los Ayuntamientos, incluido el de Alcañiz, es la recuperación de los cascos antiguos. El nuestro está descuidado desde hace muchos años bajo consistorios de distinto signo. Se restauran casas antiguas y se construyen otras nuevas. Sin embargo, en la rehabilitación de estas zonas se está dando una de cal y otra de arena. Por una parte, se propicia sacar la piedra en los muros y, por otra, se permiten edificios muy modernos que rompen por completo la sintonía del conjunto. Discordancias más o menos estridentes las encontramos en la plaza Mendizábal y en las calles Caldereros e Infanzonía, que cuentan ya algunos años; otros ejemplos en construcción los tenemos en la calle Padre Vidal y plaza de San Francisco. En la mayoría de pueblos y ciudades, las edificaciones de los cascos antiguos guardan una cierta unidad de estilo, lo que contribuye a realzarlos estéticamente. Pero doctores tiene la Iglesia y técnicos, el Ayuntamiento. Servidor se limita a opinar.

Poliédrica

Un poliedro es una forma geométrica en tres dimensiones, formada por polígonos iguales (figuras planas). Últimamente se oye mucho esta palabra en políticas, aludiendo a las distintas características de un todo, descuidando que en puridad, todas las caras en el poliedro son iguales. Juan Manuel de Prada, en su artículo "cambio climático y amos del cotarro" publicada en XLSemanal nº 1810 de 3 de julio de 2022, nos muestra que a culpar al cambio climático o a la guerra de Ucrania, de casi todo, subyace la implicación en la reducción drástica de la población, la sustituible por acólitos y súbditas, esa que acata como no puede ser de otro modo, rinde la obediencia debida a superioras, y omiten del deber de combatir robos y abusos violentos. Hace falta deshacerse de esa plaga maléfica que debe ser reducida, a ser posible sin mancharse las manos de sangre, y que se maten entre ellos. Se trata de que mueran otros para que unas amplíen su área de confort. Justo lo que enmascara la demanda de los gobernantes de Ucrania, armas para diezmar la población, que con patriotismo, darán su vida, para que el estado judío, mediante invasión sibilina, no esté constreñido en su actual territorio, y ocupe otros más vastos. En la economía moderna, con premios nobel entre sus integrantes, hace mucho que se instaló eso de que no se trata de cubrir necesidades, sino de crearlas. Lo que degenera hacia las adicciones tóxicas destructivas, que fulminan a esas gentes confiadas, que llevan mucho entregándose a fratricidios y conductas compulsivas, para ellas, previstas por sus dinamizadoras. Así el asunto de los pinchazos a mujeres en ambientes de fiesta, es tachado de coartar la libertad y su seguridad, de que expulsa de espacios de libertad, donde queremos estar, si en prevención se decide no ir dónde se han perpetrado ataques, y cabe deducir que van a seguir. Claro que estas mismas se muestran intimidadoras, amilanando, ignorando y ensañándose con aquellos a quienes secuestran familiares, saquean a capricho, efectivamente alentando a que los ladrones se multipliquen, y sus ataques. Se les expulsa de sus hogares, donde quieren estar aportando y no estorbando. Si las que roban y secuestran no saben contenerse, que no salgan, directamente.

Contra las agoreras catastrofistas, darles de su propio exterminio, antes de que celebren otro genocidio de gobernantes.

Y de repente... un adolescente (Parte 2 - ¿Chico o chica?)

Nos encontramos en plena vorágine del verano, un verano que todos nos estamos esforzando en vivir al máximo después de dos años de veranos extraños provocados por una pandemia que nos sobrevino cuando menos lo esperábamos. Creo que no es osado afirmar que todos tenemos esa sensación de haber perdido una época importante de nuestra vida, pero pienso que la situación es más especial en los niños y sobre todo en los adolescentes.

Ambas etapas son importantes y cortas, y en ellas se producen vivencias y desarrollos fundamentales que nos marcan para siempre. Esta generación sin duda no olvidará este momento y seguro sufrirá en mayor o menor medida las consecuencias de confinamientos y limitaciones varias. Pero ahora que ya ha pasado “lo gordo” toca vivir. Y los padres de adolescentes nos encontramos ante el dilema tras el parón, hay que reiniciar la vida, hay que dejarles salir al mundo, hay que exponerlos de nuevo a los peligros, y aunque muchos me dicen que en mi caso es fácil porque soy madre de chico, yo no acabo de ver la facilidad del asunto porque los riesgos y los peligros están y existen para ambos sexos.

¿Chico o chica? Esa es la cuestión. Está claro que desde siempre ser padre o madre de chica ha sido un “suplicio”, entendedme, y más en la adolescencia. La sociedad no lo pone fácil, y las chicas, entre ellas me incluyo, no nos sentimos seguras en muchas ocasiones y menos saliendo solas de casa de noche. Ahora con la salida a la palestra de la sumisión química a través de pinchazos de sustancias poco aconsejables a traición en los locales de ocio nocturno se ha sembrado verdadero pavor entre las jóvenes y las no tan jóvenes, y entre los padres que observamos atónitos como la depravación humana solo hace que aumentar y evolucionar pero casi siempre en sentido negativo.

Pero los progenitores de niños tampoco lo tenemos fácil, educar a chicos que sean empáticos, sensibles, respetuosos, no machistas y valedores de la igualdad real es todo un reto aún a estas altura del siglo XXI. La sociedad en la que vivimos sigue poniendo las cosas demasiado complicadas y la crianza muchas veces se ve obstaculizada por muchos estigmas, estereotipos y normas rígidas que no ayudan, o más bien al contrario ponen más trabas, aunque los padres tengamos las ideas bastante claras, que creo es mi caso. De hecho mi principal preocupación es, más allá que alguien pueda hacer daño a mis hijos, si ellos pueden llegar a ser los agresores o quienes puedan ser los causantes. Los valores que les trato de inculcar, el ejemplo que le puedo dar yo o su padre, la constancia del discurso y la coherencia del mismo, son armas de las que disponemos las familias para luchar contra ese patriarcado demasiado apegado todavía a nuestro mundo y nuestra forma de vivir.

Así que creo firmemente que en nuestro caso el sufrimiento va por partida doble, el de que sea el agredido o que le sucedan cosas y el de que sea el agresor y que las cause él.

De hecho en estos calurosos días tambien ha saltado a la palestra el debate del consentimiento en el caso de las relaciones sexuales mediante contracto escrito debido a la ley del “solo si es si”. Obviamente es un fake el hecho que vaya a existir ese contrato ya que no tendría ningún sentido ni lógica, pero lo que creo que se busca con esta norma y con muchas otras acciones de protección a la mujer es que el consentimiento siempre haya de ser expreso, porque aunque a muchos sectores de la sociedad aún les parecerá exagerado, la seguridad de la mujer no es para nada algo incontestable. Y por eso cada año la lucha del 8M lamentablemente debe seguir vigente y en pie.

Me gustaría dar un mensaje más alentador como conclusión pero ser padres de adolescentes, volver a verlos volar y temer por su seguridad en cada momento, sigue siendo una tarea muy compleja y difícil de gestionar, tanto si se trata de un hijo como de una hija.

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