Opiniones

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Violencias

La Diputación de Teruel ha colocado junto a la plaza de toros un rótulo de fondo morado con el texto “Alcañiz sin agresiones sexistas”. Se ha adoptado la costumbre de adjetivar sustantivos que tienen valor por sí mismos sin necesidad de epítetos que sirven, únicamente, para hacer distinciones. Porque leído así, da la impresión de que no existen otras formas de agresión o que las demás (a los mayores, a los padres, a los hijos, a los niños, a los profesores, a los sanitarios…) no son reprobables o no importan. No se pueden admitir diferencias en el respeto, insulto o maltrato dependiendo del autor y de la víctima. Todas las personas somos iguales ante la ley y la violencia resulta censurable venga de donde venga y vaya contra quien vaya.

En los seres humanos, persiste latente un poso de irracionalidad que, dependiendo de los individuos y de las circunstancias, aflora a la superficie en mayor o menor virulencia.

Estamos consintiendo -cuando no creando e, incluso, fomentando- una sociedad cada vez más violenta e intransigente. Basta con fijarse en los datos proporcionados por el Ministerio del Interior. En los primeros meses de este 2022, la delincuencia en España ha experimentado un importante aumento en comparación con el mismo periodo del año pasado; casi un 28%.

Dentro del cómputo general, las infracciones contra la libertad e indemnidad sexual se han incrementado en un 21,6%.

Algo no está funcionando cuando, a pesar de leyes, ministerios de Igualdad y un sinfín de asociaciones dedicadas a tales menesteres y subvencionadas pródigamente, este tipo de violencias está en constante crecimiento. Con seguridad, se conseguirían mejores resultados si, en lugar de establecer distingos entre colectivos –lo que implica clasificarlos en buenos y malos- y resaltar la condena de unos delitos y silenciar u ocultar otros, se pusiera la atención en el origen y la causa de los mismos con el fin de erradicarlos. Si se corta el tronco, se secan las ramas. Por el contrario, si se poda una, las otras se desarrollarán con más fuerza.

Tiene razón un tuit que circula en las redes sociales: “A un niño no se le enseña a respetar a un gay, se le debe enseñar a respetar a todos. No se le enseña a no pegar a un negro, se le debe enseñar a no pegar. No se le enseña a no maltratar a una mujer, se le debe enseñar a no maltratar. El problema es de aquel que quiere diferenciar respetos”.

Si no puedes con tu enemigo, únete a él

Aquella comunidad, en la que ladrones y degenerados, cuyo número se renueva por generación espontánea, sin profilaxis posible, que no conocían la maternidad responsable, ya que les alentaban al sexo compulsivo y descabezado, descendió a los infiernos del pecado, y por pura inercia, al ser mayoría, encontraron en la democracia, no la vía de salvación, sino el modo de partir, repartir y quedarse lo que les dejaban los poderes fácticos. Naturalmente la mayoría votante proletaria, aprovechategui, parásita, vivalavida, fue capitalizada por unos pocos descarados, que por inercia evolutiva, cambiaban para seguir con los mismos descaros de pastores de desalmados, por aquello de, por oposición a pastores de almas. Pero hasta quienes se tiran a mote a comer lo que les echen en abismos, en algún momento, desconfían, suspicaces como no pueden ser de otro modo, sabiendo que no han hecho ni un merito ni medio, que no sea delictivo, y eso con la omisión del deber de perseguir delitos por parte de aquellos infiltrados y colocadas entre ellas, igualmente destinados a mamar y dictar robos y secuestros, respetando acechantes las cadenas de mando. Y en ese caldo de virus, hongos y bacterias, las manadas gregarias de atrevidos, con el rollo anti dictaduras, se convierten en los peores tiranos, pues ni la explotación empresarial consiguen, ya que la demagogia política y de colocaciones, no alcanza a integrarse en el tejido productivo. Y en su enajenación mental, primero transitoria, y poco después, permanente, desprecian a sus votantes. Y estas se dan cuenta, y se rebelan. Se enfadan. Y en su natural impotencia adocenada, les convence eso de: si no puedes con tu enemigo, natural, la derecha, únete a ella, porque al menos te dará empleo como para vivir dignamente y disfrutar de la familia, oyendo, viendo y callando las cosas de las señoritas, antes señoritos, que a la gente decente, ni les van ni les vienen, porque serían advenedizas codiciosas, dando palos de ciegas, porque no reúnen los requisitos para aportar y no estorbar, en el mundo de las ofertas y las demandas de excedentes. Por ahora, esas mayorías, vieron a los jueces dando estopa a la izquierda, y en justicia, y enseguida se les subió a las seseras: cuando las barbas de tus mentores veas cortar, antes de poner las tuyas a remojar, reconócete en la ladrona a sueldo de ladrones, regulariza tu situación, y con las manos limpias, y la conciencia tranquila, a ratos al menos, haz lo que puedas si robar ni agredir, y agradece lo que te brinden, los conservadores, que emprendieron lo que daba cabida a obreros y empleados, que de otro modo, ni emprenderían ni formarían equipos con nadie, salvo para atracar, secuestrar niñas, y montar algaradas y alborotos, básicamente cimentadas en: divide y sacarás tajadas del dinero público, sin pasarte, y sin repartir, claro, con aquellas a las que enardeces prometiéndoles que robarán y obtendrán por su cara bonita, o fea.

Buen viaje

Sánchez va a 80.000 millones de deuda al año. Ya acumulamos más de 300.000 millones. ¿Quién se va a atrever a pagar eso cuando este fabricante de deuda se largue?

¿Quién va a querer ser el próximo presidente que se atreva a hacer recortes, sabiendo que si los hace, le van a crucificar?

Europa nos va a castigar con mano dura, porque este ser, de calificativo innombrable, nos ha hecho ser unos malpagadores, pues ha dilapidado todo lo que desde la UE nos han prestado. A partir de ahora vamos a tener que ser las "chachas" de Europa, ...de gratis y sin asegurar. Ya no nos van a prestar más. Ni un triste céntimo de euro.

Esta persona, insisto, (de calificativo innombrable), se largará. Seguramente ya tenga buscado y preparado su paradisíaco escondite en algún lugar recóndito del Caribe. De momento, Españolandia, cantará victoriosa el haberlo perdido de vista...pero...

Pero cuando, el que le sustituya, (sea Feijoo, Abascal, o algún otro incauto), se de cuenta de que en la caja fuerte no hay más que telarañas, y vea que no puede pagar ni al funcionariado esencial: Sanitarios, Maestros, Bomberos y demás Función Pública, y ni los medios de comunicación, ni los sindicalistas, ni demás peña chiringuitera obtenga el dinerillo que le iba cayendo tan alegremente desde el balcón de la Moncloa, y encima, lo poco que se vaya sacando con mucho esfuerzo y sudor, va a tener que irse fuera para pagar la impresionante deuda, se van a escuchar blasfemias hasta desde el confesionario más pío. Le van a llover tantas piedras a ese pobre valiente, y a la vez desgraciado, que se atreva a tomar las riendas, que los adoquines van a dejar tan peladas las calles que dejarán al descubierto las ratas de alcantarilla que vamos a tener que comer como único alimento.

El que se atreva a subirse a este jamelgo escuálido y manejar las riendas del país, lo va a tener claro. No creo que el pobre pueda disfrutar ni de un solo finde en Doñana como hicieran sus predecesores.

Gracias, Sánchez. Disfruta en el Caribe a nuestra costa con tu Begoña, Begoño o Begoñe...o lo que sea. Ya ves, al menos lo del lenguaje inclusivo y con perspectiva de género nos lo habrás dejado de manera "gratuita y de calidad", no creo que te lo lleves en las maletas, pues de sobra sabes que de esos cuentos, sólo se ha comido mientras se pergeñaban, pero luego, uno se percata que sabe mejor el Jabugo y el cava, que de esto último no te faltará en la nevera del Falcon para el vuelo.

Lo dicho, disfruta del viaje , tú que vas a poder, pues, nosotros, (aunque no podamos) somos los que te lo vamos a pagar.

Haciendo desaparecer las discapacidades

Estamos ante un nuevo paradigma de sociedad, que implica cambios en la forma de relacionarse y participar en la estructura productiva, que reclama mejorar las instituciones públicas que ejercen roles reguladores. La cuestión es, si no nos gusta que nos mientan o desinformen, ¿Por qué lo hacen? ¿Por qué manipulan y se entregan a hostilidades? Las inercias gregarias depredadoras de los empleados públicos no son suficientes para el proceso de transformación, dirigido a reducir discapacidades, en el que la sociedad está inmersa. La legislación nos acompaña en cada paso. Es una prótesis que en vez de paliar discapacidades, las genera, por albergar en su seno, el abuso de autoridad, y la incapacidad de sus administradores para superar sus limitaciones, limitándose ha enquistarse, temiendo ser desplazadas y descubiertos en sus fingidas aportaciones. Tan importante como el acceso a la gobernanza, son los medios, las competencias para usarlos, el valor y la transferencia de conocimiento, que permite el relevo, y evita la exclusión. Nos aproximamos a la multifuncionalidad generalizada, entendiendo por tal aquella en la que cada persona, realiza trabajos en diferentes sectores productivos, sucesivamente, limitándose a tareas de supervisión que eviten retrocesos por desconocimiento. El límite de las posibilidades de producción se expande, cuando un grupo cohesionado, puede producir más o mejores, bienes y servicios en un periodo posterior. Las sociedades emergentes son los que crecen a ritmos sostenidos, fortaleciendo los vínculos entre sus miembros, repeliendo tentaciones que amenacen con aumentar exponencialmente la desigualdad social, foco de injusticias. Con lo que cerrar la brecha salarial, no es un asunto que competa exclusivamente a los gobiernos.

Corremos el riesgo de caer en la frustración eterna de la adicción.

Los dineros públicos

Carmen Calvo, cuando era ministra de Cultura de Zapatero, nos obsequió con la perla de que el dinero público no es de nadie. Al entender de la casta dirigente, una vez sacado de nuestros bolsillos, el dinero pasa a la libre disposición de los políticos. En el País Vasco, un senegalés ha estado cobrando casi 10.000 € mensuales en ayudas públicas durante diez años. El migrante subsahariano encabezaba una trama delictiva que había creado hasta 62 identidades falsas para beneficiarse del sistema obteniendo en total más de un millón de euros. O los parados que cobran en España la prestación por desempleo y viajan o residen en sus países de origen, dentro y fuera de la Unión Europea. Por desgracia, no son casos aislados sino que se dan con bastante frecuencia, muestra del control “riguroso” que se ejerce sobre los fondos públicos o de lo fácil que resulta engañar a nuestras instituciones. Se calcula que el Estado gasta, sin ningún control, 14.000 millones de euros de nuestros impuestos en subvenciones al año.

También ha sido noticia que un alto cargo -o mejor llamarla carga- del Ministerio de Igualdad ha sido destituida y que como compensación -es lo que señala la ley- va a percibir durante dos años 6.000 € mensuales. En el otro extremo, el caso real de un matrimonio de octogenarios que cobraban la pensión mínima no contributiva y se empadronan en casa de un hijo. El marido fallece y a la viuda le retiran los 321 € de su pensión porque los ingresos de la unidad familiar superan el máximo legalmente establecido. Es un volver a la niñez o a la adolescencia; si la buena señora quiere ir al cine o tomarse un helado, ha de pedirle dinero ahora al hijo. Un mes de sueldo de la política podemita equivalen a año y medio de las retribuciones de la anciana. Le han ofrecido como solución empadronarse en otro domicilio, cosa que parece ser habitual. Así, también en el País Vasco y en otra estafa, un total de 75 personas fueron empadronadas en el curso de un año en dos pisos de la ciudad de Irún cuando, en realidad, residían en otros municipios, otras comunidades o, incluso, otros países, como Francia y Argelia.

En la antigua democracia ateniense, algunos puestos políticos eran ocupados por sorteo.

Cualquier ciudadano podía presentarse para desempeñarlos si bien, tras concluir el mandato, debía rendir cuentas de su gestión. Si los errores de los políticos supusieran un perjuicio  para su patrimonio, andarían con más cuidado. Pero los pagamos otros y ellos se van de rositas y con un futuro asegurado a pesar de que condenen las puertas giratorias.

La última Vía sobre la Central

Si a muchos de nosotros nos preguntan:

- “¿Dónde estabas el día 14 de junio de 2022 a las 11:30?”,

Dentro de un tiempo no nos acordaremos, pero hoy, seguro que muchos de nosotros respondemos:

- “Viendo como dinamitaban las torres de refrigeración de la central de Andorra”.

Terminaba así, toda una generación marcada por la energía producida con carbón y que se extraía en gran parte de nuestras cuencas mineras.

Presunción de veracidad, traicionada

"Acatar las sentencias, como no puede ser de otro modo", no deja paso más que a que haya sentencias ladronas y en claro abuso, restringiendo derechos de personas inocentes. Las sentencias, como todo, se acatan, no porque las dicta alguien, sino porque cuentan con las garantías de no robar ni agredir, y así lo tienen que demostrar a quienes les afectan. Si no, acatarlas sería ser cómplices con los robos y agresiones que generan. Una maestra que pone un 10 en un examen corregido, no cuenta con las garantías de la correcta calificación porque lo ha puesto la maestra de la materia, con plaza asignada en el proceso de asignación de vacantes, que cumple con los requisitos para ocuparla, sino porque ofrece la plantilla de las respuestas correctas, respuestas que se contienen en la materia impartida, y de la que disponen, al menos los alumnos que toman todas las anotaciones o tienen los materiales en las que se contienen tales respuestas, puestos a disposición de todos. De modo que el alumno en particular y los demás, pueden comprobar que las calificaciones y las diferencias entre ellas, están justificadas, pues cuentan con los criterios de valoración y cualificación, que comprenden y puede aplicar. A esto ayuda mucho el repartir los exámenes entre el alumnado, y que puedan hacer comparaciones entre ellos. Si una formadora de empresa, explica a sus operarios, cómo construir un circuito eléctrico, y no funciona, creer en sus lecciones no llevará si no a que los circuitos no funcionen. Si un técnico factura por una reparación de una lavadora, que posteriormente no funciona, no hace sino demostrar que tal facturador no es un técnico en quien confiar, por mucho que tenga la titulación, certificados de capacitación y el resto de las acreditaciones con arreglo a las leyes.

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