Opiniones

Opiniones

A hombros de impedidos

Lo que se da no se quita, dicho por quien se niega a corresponder a la generosidad ajena, en caso de necesidad del donante. Era oír esto, y súbitamente, e inmediatamente y para siempre, se acababa dar nada a nadie con quien no se estaba en deuda, y menos para siempre (forever and ever), y sí evolucionar a que todo ha de tener su justa contraprestación, y que eso quede meridianamente claro, porque de lo contrario, quien a burro regalado no le mira el diente, termina desarrollando la ingratitud, desde posturas en las que se erige en beneficiaria por naturaleza, continuamente y a perpetuidad, reforzando su posición tachando de tacañería, falta de generosidad o de hombría, encima. No hace falta llamar la atención sobre cualquier dinámica en la que se da, aparentemente a cambio de nada, que sí los votos, para que los donantes lo recuperen por otro lado, en cuanto puedan, además de reservarse la parte de león, manteniendo a raya a pedigüeñas criaturas, que por naturaleza, no sólo no desarrollan gratitud, sino insatisfacción, cuajando manifestaciones en las que lo justo, según ellas, va incrementándose, en pura desfachatez, o sea, sin aportar la reducción de ineficiencias y el incremento de producción, que avalen el reparto de tales beneficios. Y no es que les falte razón, si no fuera porque no cultivan las capacidades para equilibrar esos ingresos, con la aportación de excedentes que los valgan, y estén demandados por sus benefactores, o indirectamente por quienes les sustentan otorgándoles su confianza, vigilada. Manos que no dais, ¿qué esperáis? Pues habrá quienes ante este estímulo, responderán sin dudar "que nos mantengáis, que nos deis" A lo que seguirá alguna frase hecha, en uno u otro sentido. La administración de la justicia es injusta, lo lleva en sus "genes". La impotencia declarada de quien puede poner firmes al resto, en teoría, dentro y fuera de la organización (por la obediencia que sin dudar rinden con cruel subordinación) no hace más que hacer aflorar las intrigas que subyacen, con las aspiraciones de promoción, tejidas de modo que venzan y convenzan, a quienes no renuncian a las suyas, simplemente hay que atenerse a la jerarquía con mucho de antigüedad. Así, la dimisión no es más que un acto de debilidad, de cobardía, que no hará más que dejar paso a, quién, por pura diferenciación, estará caracterizada por atributos distintos de los que motivaron la decisión de aquel. Y si fueron juiciosas, la criatura advenediza, llegará con un cargamento de abusos, con los que saciar a quienes le han aupado, para que la superioridad ajena, no esté revestida de desconsideración, ni mucho menos de opresión y soberbia, que humille a quienes sientan que han sido vencidos, reducidas, apartadas. Después de la inoperancia, a falta de justicia universal, siempre viene algo peor para la ciudadanía afanada en ser miembros útiles para la comunidad, sin robar ni agredir.

Cristales de colores

Es bien conocida la cuarteta de Ramón de Campoamor, poeta, filósofo y político del siglo XIX, que dice: “En este mundo traidor, / nada es verdad ni es mentira. / Todo es según el color / del cristal con que se mira”. Es decir, todo es relativo. Lo que hoy es bueno, mañana, puede sermalo; y viceversa. También depende de quiénes o contra quiénes se hacen las cosas.

Lo que en unos es ejercer la libertad de expresión, en otros constituye un delito de odio.

La bajada de impuestos en las comunidades gobernadas por la derecha atenta contra el estado de bienestar y pone en peligro la educación y la sanidad. El caso de la educación es preocupante porque si, con las actuales inversiones, su nivel deja bastante que desear, con los recortes que anuncian no se sabe a dónde vamos a parar. Pero cuando son las comunidades gobernadas por la izquierda las que hablan de bajarlos también, tal peligro desaparece. La educación y la sanidad están a salvo.

En Irán, las mujeres se han rebelado contra la imposición del velo tras la detención y posterior muerte violenta de una joven por no llevarlo correctamente y mostrar el cabello; las personas fallecidas ya superan los dos centenares y las detenciones en la represión, se acercan a las dos mil. En cambio en Occidente, el velo es considerado como un signo del empoderamiento de la mujer y del multiculturalismo. Actrices y activistas se han cortado en público mechones de pelo como muestra de solidaridad con las mujeres de la antigua Persia.

Los ayatolás, temblando.

En España, apenas se han escuchado declaraciones y protestas por parte de las políticas abanderadas de la igualdad y el feminismo; la vicepresidenta segunda del Gobierno está tan ocupada que no ha tenido tiempo ni para darse un tijeretazo a las puntas. Dicho por ella.

Quizás influya que Irán, país donde se cuelga en grúas a los homosexuales y se lapida a las adúlteras, subvencionó, en una televisión privada, una “tertulia política de resistencia” que presentaba Pablo Iglesias; labor que hubo de dejar por incompatibilidad al entrar en el Gobierno de coalición. Por otro lado, Irán es aliado, amén de Putin, de los regímenes bolivarianos de América con los que cooperan estrechamente dirigentes de este partido. Tampoco la decapitación de un joven homosexual palestino refugiado en Israel donde fue secuestrado y devuelto a territorio árabe ha tenido repercusión en los medios ni promovido protestas de políticos y colectivos. Irán y Palestina quedan lejos y lo que suceda allí lo miran a través de otro cristal y otro color.

El corazón

Si alguien se pregunta dónde está el centro del universo, de seguro que hace cientos de años estábamos de acuerdo que se encontraba en la tierra, hoy ya no lo tenemos tan claro y no vamos a entrar en debate. Pero si me preguntáis donde está el corazón del universo sin duda éste se encuentra en la constelación de Casiopea y tiene un tamaño enorme de unos 200 años luz.

La luz que nos llega de este enorme corazón, no es otra que la que se generaba en su interior hace unos 7.500 años.

Los impuestos

En todas partes los ricos son los que menos impuestos pagan y lo seguirá siendo así por muchas milongas que nos cuenten los gobernantes de que se les van a subir los impuestos a los ricos.

Los ricos son ricos porque son propietarios de los medios de producción o los grandes servicios.

Si la Botín, del banco Santander, tiene previsto ganar el año que viene 300 millones y le suben los impuestos, ella a través de sus bancos e inversores sube las comisiones, sube los márgenes comerciales, sube las hipotecas y acaba ganando 500 para pagar 100 a la hacienda pública. Pasa lo mismo con los jefes de Mercadona, de Zara o los distribuidores de los productos agrícolas.

En la práctica estamos obligados a tener el dinero en el banco. Con nuestro dinero los bancos formalizan hipotecas. Las hipotecas han subido en una cantidad importante ¿eso significa que nos vayan a pagar intereses por nuestros ahorros? No. Eso significa que los bancos están haciendo caja para poder pagar los impuestos anunciados por el Gobierno.

Luego los políticos demagogos nos dicen que los impuestos son para la sanidad, la educación,… y es una gran mentira. La primera medida que se ha tomado después de anunciar la subida de impuestos ha sido subirse un 4% el salario de los miembros del Gobierno y un 3,5% la de los parlamentarios. No ha habido necesidad ni de reuniones, ni negociaciones, ni acuerdos sindicales, ni nada de nada. A mí, como jubilado me lo van a subir alrededor de un 8%, no me quejaré. El 8% de mi pensión supone un aumento de unos mil euros anuales.

El 3,5% del aumento del sueldo de sus señorías supone más de 3.000.

Dos personas allegadas han tenido problemas de traumatología. Uno ha tardado más de un año y medo en ser atendido y la otra persona lleva varios meses de baja laboral porque aún no la ha citado el traumatólogo y mientras sin poder trabajar, cuando quizás se pudiera solucionar su problema en unos días. Nos dicen que los impuestos son para sanidad, pero ningún político de los miles que hay, ningún asesor, espera año y medio a cobrar o no cobra si no hay servicio sanitario. Yo puedo esperar dieciocho meses para que se me atienda un problema, y ellos cobran con total puntualidad y si ellos lo tienen para eso está la sanidad privada a la que acuden mientras la critican en público.

A la sanidad y la educación va lo que queda de los impuestos. Y por mucho que nos digan los impuestos nos los suben, o mejor los pagamos, al conjunto de la sociedad.

Complejidades

No hay soluciones simples para problemas complejos, dicen. Pero todas las soluciones son simples para quienes están capacitados para realizarlas. Un móvil es algo muy complejo, sin duda, pero hay personas que saben fabricarlos, y que funcionen en sus numerosas prestaciones. Hasta quienes forman parte de la cadena de fabricación y montaje son en su inmensa mayoría personas con conocimientos muy reducidos, limitados a una parte del proceso. Sí, cada una de estas personas no sabe construir un móvil completo. Pero algunas otras, sí. Y para estas construir un móvil fiable, no es complejo, como para poderlo construir con facilidad para cada una de ellas. A la sin duda compleja realidad socioeconómica, premios Nobel en economía la llamaron la mano invisible, como expresión de que no podían describirla y menos hacerla sentido común conocido en detalle, pero intuían algo que utilizaban para tomar decisiones. Por ejemplo, las empresas montarán sus instalaciones fabriles dónde los costes sean más bajos. En lugares más próximos a vías de comunicación que reduzcan esos costes de transporte al menos. Parece indudable. Pero no es así. Hay empresas por todas partes, afortunadamente, en principio. En la actualidad, la distribución de los alimentos, y de cualquier otro producto, se describe con términos micro y macroeconómicos: inflación, tipos de interés, deuda pública, impuestos, inmigración, cotizaciones en bolsa... que en realidad son jergas de parásitos que no aportan nada, ni esa supuesta organización que hace que se optimicen producciones, que si quedaran en manos de currantes, no se lograrían. En algún momento, alguien hizo por templar la mano invisible, pero luego, los posteriores se acoplaron sin saber, y terminaron por concluir cosas como eso de que hay que cambiar para que nada cambie, que no es más que despistar a quienes verdaderamente se acercan a conocer complejidades, para abordar con éxito cambios imprevistos, porque ello tiende a reducir ineficiencias, que curiosamente suponen la mayoría de la población, que por ello accede al poder despótico, por vía democrática, la de las mayorías. Nadie de los actuales gobiernos, nacionales ni europeo, está capacitado para responder a las demandas de las circunstancias que imponen restricciones, recortes y escaseces, que resquebrajan la mano invisible en la que languidecieron las autoridades que nada más tenían que ocupar colocaciones, y dejarse llevar, sin cambiar nada. Y lo más alarmante es que ya ni aparentan lo contrario, y sin rubor, dicen que son populismos las soluciones ciertas a las realidades, que ellos no quieren o no pueden entender y aceptar, mayormente porque reclaman su desaparición como privilegiados endiosados vaciados, como el mago de Oz. Sí, las crisis que merman los productos a distribuir, no se solucionan con términos micro y macroeconómicos, cuando hay quienes hablan de intercambios físicos, con una justicia y solidaridad, que revela los tres poderes, tal y cómo han llegado a degenerar, como superados y obsoletos. Y que la mayoría de una población para ser resiliente, ha de dedicar gran parte de su vida a fabricar lo que consume, en vez de esclavizar a quienes lo hacen, precipitándose a todo tipo de maquinaciones e intrigas tiránicas, que no pierden su crueldad por haber obtenido más votos, de tanto en cuanto, sus titulares.

Verde que te quiero verde

Jamás un Gobierno ha procurado tanto por el bienestar y la felicidad de la ciudadanía como el nuestro. Continuamente, nos aporta propuestas para disfrutar de una vida saludable y ecológica. Nos señala qué comer y beber, dónde comprar, en qué viajar, cómo hemos de pensar… La última ha sido la vicepresidenta segunda mostrándose contraria a la importación de frutas y verduras de otros países. En sus palabras, no hemos de comer fresas cuando no se pueden comer fresas pues comerlas en temporadas inadecuadas supone explotar a otra parte del mundo. Lo lógico es pensar que si esos países dejan de exportar sus productos se verán privados de unos ingresos necesarios para su desarrollo con la consecuente destrucción de puestos de trabajo. Pero Yolanda Díaz, también ministra de Economía Social, sabe mejor estos temas.

La otra preocupación del Gobierno es el cambio climático y no le tiembla el pulso en su batalla por lograr un mundo más sostenible. Y así, para ahorrar energía, los comercios deben apagar los escaparates a las 10 de la noche pero, después de esa hora, se pueden celebrar competiciones deportivas y espectáculos de todo tipo. Al parecer, la iluminación de los estadios de fútbol, por poner un ejemplo, gasta menos electricidad que las luces de las tiendas. Y algunas ciudades ya han anunciado que no van a escatimar en el alumbrado navideño.

En su lucha contra el cambio climático y anteponiendo la protección del medio ambiente y la salud de las personas a cualquier razón económica y de pobreza, Gobierno y ecologistas se muestran contrarios a la construcción de nuevos pantanos y al recrecimiento de los existentes y achacan la culpa de la pertinaz sequía no a la falta de lluvias sino a los regadíos actuales por lo que se deberían limitar. Si a ello sumamos el encarecimiento de los precios y las regulaciones y restricciones que se ciernen sobre la ganadería y la agricultura, como la oposición a las explotaciones intensivas y la exigencia de que un 25% de los cultivos sean ecológicos, el futuro del medio rural se aprecia bastante oscuro con lo que se agravará todavía más la despoblación y el empobrecimiento de estas zonas ya decaídas.

No contentos con controlar nuestras vidas, este afán ultraecologista pretende extenderse más allá de la muerte. El PSOE plantea que utilicemos ataúdes de cartón o de otros materiales ecosotenibles y amortajemos a los cadáveres con ropa de fibra textil natural para atenuar el impacto ambiental de las incineraciones. ¿Qué será lo siguiente? Ya nada debe sorprendernos.

Tire de sentencia, jefa

No hay cuestión más injusta, que en las sentencias de hechos probados o dejados sin probar, las autoridades profesionales, al menos suficientemente preparadas, tengan interpretaciones, no ya discordantes, sino antagonistas. Es cómo si una doctora diagnostica gases. Y para quien sigue buscando, suspicaz o con algunas nociones que duden de lo que le dicen, otra, embarazo. Se conocen casos, también. Y era embarazo. Se alega que no se puede indultar a Griñán, porque eso erosionaría la impresión popular, la de las mayorías votantes, básicamente, bramando que la justicia no es igual con todos, y que los gerifaltes salen impunes, del crucero judicial de final prefijado de antemano, emocionante y placentero, aunque se finja que se masca la tragedia, de lo mismo, salvando las distancias, porque los robos de los de abajo, no son ni parecidos a los robos de los pudientes, con mayor alcance, que las pasmadas de repertorio, más bien justito. Y tal vez no hayan reparado en ello, pero, al parecer, el mandamás no se llevó un euro, pero miles de los que cogieron lo que les dieron, aunque fueran migajas, fueron los que se lo llevaron calentito. En la justicia de la reparación del daño, y evitar el caer en la tentación de robar, a quienes hay que escarmentar es a quienes se llevaron el dinero, que pudieron, en teoría, renunciar a Satanás y a todas sus obras. Por ello al leer en los muchos discursos de inicio del curso judicial, el corta y pega referido a combatir la corrupción, una no puede menos que ver cómo se viene a la memoria: "quita pa'llá, que me tiznas" le dijo la sartén al cazo, por cuanto consentir de manera contumaz, la continuada y reiterada ejecución de la trama diseñada para eludir los controles, de supuestos guiados por el imperio de no robar ni agredir, no es más que operatoria habitual en juzgados y tribunales de justicia, y de cualquier ámbito, en los que la arbitrariedad y el abuso, son pauta de conducta indisociable del cargo. Tal vez alguien, fuera de órbita, les diga: "la que esté libre de corrupción, tráfico de influencias y abuso, naturalmente dirigida a robar "ad aeternum", que tire de sentencia. Si se sometieran al imperio de esta ley, básica y consustancial a la justicia cierta, que no lo hacen, sin excepción, ni una sentencia ni media. Pero esto, no les entra en las cabezas. Por lo tanto, por salud mental, y evolución cómo país, Griñán, indultado, ya que lo han condenado, y no a los destinatarios de la tela, que no desapareció ni desde que se cortó el grifo, tiene sus ramificaciones, y es labor de personal su-fi-cien-te-mente cualificada, que se reconduzca a damnificados, y permita la redención de los beneficiarios, y que no se repita, en la medida de lo posible, el contagio de afanar y sí el orgullo de superar miserias para alcanzar la filantropía y la satisfacción por el cumplimiento de las tareas encomendadas, sin temor a robos o insidias violentas. Y al personal de la administración de justicia, poder judicial cúspides incluidas. Divorcio contencioso, caca. Eso no se sentencia.

Otros artículos de opinión

Image