• Extraña Navidad

    En primer lugar, quiero felicitar al Ayuntamiento. Desde mi parecer, nunca había visto a Alcañiz tan bonita vestida de Navidad. Seguro que habrá habido críticas, tanto por la estética como por el gasto, pero para gustos, colores y de todo ha de haber en la viña del Señor.

    Han sido estas unas fiestas de Navidad --o fiestas de invierno y del afecto al decir de nuestro presidente o las fiestas del solsticio de invierno de la Alemania nazi y otras ideologías- bastante insólitas. Por efecto de la pandemia, las familias no han podido reunirse como en años anteriores y muchos miles lloran la pérdida de algún ser querido víctima del Covid-19.

    Y ello sin hablar de las dificultades económicas sobrevenidas. Pertenecemos a la cultura occidental que bebe del pensamiento grecorromano y de la tradición judeocristiana. En Navidad, celebramos el nacimiento de Jesús. Para los cristianos, es Dios hecho hombre y, para los musulmanes, el mayor profeta del Islam después de Mahoma. En el Corán, como en los evangelios, se recoge el nacimiento milagroso de Jesús de una virgen. De hecho, María es la única mujer cuyo nombre se cita en el libro sagrado de los mahometanos con más referencias a ella que en los textos canónicos del cristianismo. Cuando ciertos colectivos hacen mofa de las creencias cristianas, deberían tener en cuenta que, en muchas ocasiones, están, igualmente, ofendiendo al Islam, religión a la que consideran más digna de respeto que la nuestra.

    Por fin, hemos dejado atrás este año nefasto y nefando difícil de arrinconar en la memoria. 

    Con la llegada de las vacunas, el final del túnel se aprecia más próximo. Pero el retorno a los hábitos de antaño tardará aún tiempo. Se precisará la colaboración y sensatez de todos aunque abunden los descerebrados que piensan -es un decir- que la enfermedad no va con ellos y no les importa si con su inconsciencia pueden contagiar a sus padres y abuelos y ocasionar su muerte. Y aparte, los empecinados que niegan la evidencia e ignoran las indicaciones sanitarias.

    Muchos creyeron que de esta plaga saldríamos mejores. Se equivocaban. Los malos han seguido siendo malos cuando no peores. Siempre, aflora la vileza humana que trata de sacar
    provecho de cualquier situación, por muy penosa que sea, y de los más débiles. En primavera, las personas mayores, con las que el virus se ha ensañado, se vieron violentadas por desalmados que, so pretexto de practicarles la prueba del covid, se ofrecían a visitarlos en sus domicilios y así desvalijarlos con facilidad. Ahora, con el mismo fin, telefonean ofreciéndose a vacunarlos. Ojalá que en el nuevo año recuperemos la normalidad perdida. Deseos y esperanzas no faltan.

  • Trato animal, reflejo de una sociedad

    Estimados todos:

    Soy una persona que siento gran empatía y cariño por los animales, en concreto por los perros, porque creo que son seres especiales, teniendo una cualidad que muchas personas quisieran para sí, me refiero a la lealtad infinita que sienten hacia los seres que les rodean, por eso mismo, cada vez que oigo y veo algo sobre el trato indigno de muchas personas hacia ellos, siento la necesidad de escribir sobre esto y de hablar por ellos mismos.

    Viene a mi memoria un caso de dos perros que, con las patas atadas y una piedra al cuello, fueron presuntamente arrojados por su propia dueña (32 años) al embalse del Arguillo (Teruel) en mayo de este mismo año.

    Este fue un caso como tantos otros de trato vejatorio y miserable hacia unos seres inocentes, hechos que hablan por sí solos del tipo de “personas” que a veces nos rodean y que nunca deberíamos fiarnos de ellas. ¡ Cuanta ira y odio acumulados! Que lo pagan con seres indefensos y que nunca ellos les harían algo parecido.

    Siempre he pensado que la maldad existe, buenas y malas personas, también decir que hay personas en el polo opuesto: protectoras, asociaciones, voluntarios, particulares, como grupos de madrinas a los que pertenezco, personas sencillas con un gran corazón y que con nuestras pequeñas aportaciones ayudamos a perros abandonados por personas sin escrúpulos… pagamos sus gastos veterinarios para luego buscarles adopciones y que vivan en un mundo más feliz.

    Recordar las numerosas perreras donde van a parar animales abandonados, enjaulados durante años sin apenas cuidados, esperando a que alguien los adopte y los saque de ese infierno, he comprobado como les cambia la cara cuando esto sucede, solo entregándoles un poco de cariño, no quieren más.

    Debería ser asignatura obligatoria en los colegios y que los niños en sus pequeñas cabecitas fueran asimilando el respeto y afecto a la propia naturaleza.

    Penas más duras y su cumplimiento hasta el final, única manera de hacer justicia.

    Un recordatorio a explotaciones, granjas… en general lugares y espacios en los que se trata con animales, porque también queda mucho por avanzar. Ellos son conscientes en todo momento de la calidad de vida que se les da.

    Mención también a la caza, capricho innecesario, va en ello la vida y sufrimiento de muchos seres vivos y quiero recordar en especial a ciertas razas como los galgos, que cuando “no les sirven” son diana de torturas inhumanas para deshacerse de ellos.

    Y, por último, me dirijo a nuestros políticos, que tan poco dedican a este tema, insensibles muchas veces. ¡Endureced leyes! ¡Preocupaos de vuestras perreras! ¡Id de vez en cuando a visitarlas! Y os daréis cuenta en qué condiciones malviven.

    ¡Concejales de Medio Ambiente! Es vuestra responsabilidad y no hacéis prácticamente nada por mejorar el día a día de estos animales.

    Y, para el público en general, denunciad, avisad a la Guardia Civil, Policía… y nunca permitáis que casos como el que he citado al principio pasen de largo, así, poco a poco, iremos cambiando nuestro pequeño y maravilloso planeta.

    Un saludo,

    M. Pilar.

  • La salud de todos

    Entre la mayoría de la población, hay un gran descontento. Los Centros de Salud están cerrados, dicen. Si te pasa algo que no sea Covid19, no te ven de manera presencial, y la mayoría despotrica de los sanitarios (si, esos a los que aplaudíamos a las 8 todos los días), porque dicen, que son unos cobardicas, y que no te atienden por miedo al contagio, que deberían aprender de dependientes y camareros que esos si están dando el callo y son unos valientes.

    El gran desconocimiento del trabajo que realizan los sanitarios en los Centros de Salud y los Hospitales Públicos nos hace decir esas cosas. Ya se sabe que la ignorancia es muy atrevida.

    Bien, dicho esto y consciente de que SI te atienden en los Centros de Salud, tanto por teléfono como presencialmente, si es necesario, aunque es justo decir que con cierto retraso, no atribuible a los profesionales, si no al colapso que hay por culpa del maldito virus y de los muchos recortes que la Sanidad Pública ha sufrido en los últimos años, me sorprende que muchos de estos que critican la sanidad pública por esto, se hagan seguros que en la misma publicidad te dicen que te atenderán telefónicamente o por videoconferencia. Y agregan que te atenderán especialistas… Pero claro, como es un seguro privado que cuesta una pasta, seguro que es mejor que la consulta telefónica de la seguridad social, donde va a parar…

    Una reflexión. Ahora, cuando vas a la consulta de tu médico de cabecera, por medio de esta maravilla que es internet, están todos los datos de todo lo que te ha pasado en materia de salud en tu historia y tiene acceso a todos ellos, por lo que, si un día tuviste un cólico nefrítico, allí figura el informe, con todos los datos, incluida la medicación que te dieron y todo lo demás. Los informes de las intervenciones quirúrgicas, o esos hongos en los pies que pillaste en la piscina hace tres años. Por lo tanto, no están ciegos en cuanto antecedentes. No creo que en ese seguro privado tengan esos datos por mucho que rellenes un cuestionario cuando lo contratas, es más, ni siquiera sabrán que no puedes tomar alguna medicación porque te sentó mal hace 15 años, y tú ya ni siquiera te acuerdas.

    No nos olvidemos, que estos seguros de salud lo que buscan es la cuenta de resultados… la Sanidad Pública, la salud de la población. No despotriquemos de los profesionales que es están dejando la vida en esta pandemia, jugándosela cada día por la salud de todos.

    Que queremos complementar nuestro abanico de posibilidades contratando un seguro y nos lo podemos permitir, estupendo, pero no hablemos mal del sistema de Salud Pública, mejorable a todas luces, porque es el que de verdad nos está salvando la vida.

  • Velocidad

    Hay una carrera entre las diferentes farmacéuticas que en el mundo haya, que ríete tú de las de moto GP en Motorland.

    Se necesita una vacuna ya para este virus que nos está matando, y no sólo literalmente, también emocionalmente. Estamos más tristes, más apagados, sin ganas de nada. Bueno, hablo en plural porque esto que yo siento lo comparto con amigos y me dicen sentir lo mismo que yo.

    Ir por la calle y ver cada día más tiendas cerradas o vacias, bares sin gente, calles sin tráfico es desalentador.

    Los Laboratorios están investigando como creo que nunca se ha hecho. Se han dado cuenta, imagino yo, que este virus nos afecta a todos, que nadie está libre de contagio. Ni siquiera con el VIH se han esforzado tanto, seguramente porque al principio se pensaba que era una enfermedad de drogadictos y maricones (perdón por el palabro). Luego se vio que, con prácticas de riesgo e incluso con transfusiones, se podía contagiar.

    Esta enfermedad nos ha pillado con el paso cambiado, nadie se imaginaba algo así, las películas de SYFY de bajo coste si nos ofrecían historias de este tipo, pero las veíamos a la hora de la siesta los fines de semana…

    Ahora se ha hecho realidad, y en vez de un científico loco que lleva avisando tiempo y nadie hace caso hasta que llega el contagio, y él, que es muy listo, en un pis pas con ayuda de alguna exmujer (con la que se reconcilia al final de la peli) y algún hijo adolescente, soluciona el problema. La realidad es que hay un ejército de científicos, en un ejército de laboratorios farmacéuticos, investigando a marchas forzadas y todavía no se ven resultados efectivos.

    Todos quieren sacar la vacuna los primeros, imagino que por bondad de su corazón, y por los muchos beneficios económicos que reportará a la cuenta de resultados de esas empresas que, no olvidemos, en su mayoría son sociedades anónimas y lo que quieren es ganar pasta.

    Ojalá todas esas prisas y velocidad no hagan que nos estrellemos. Confiemos que sean unos buenos pilotos

  • En las carreras

    Allá por el 1965, se iniciaron las competiciones automovilistas nacionales en el circuito urbano de Alcañiz que se mantendrían ininterrumpidamente -a excepción de tres años- hasta
    2003. El circuito Guadalope gozó de las preferencias tanto de los pilotos como del público que se aglomeraba en nuestra ciudad los fines de semana en que se celebraban las carreras, llegándose a congregar en cada Premio entre las 60.000 y 70.000 personas. Este éxito de Alcañiz despertó los celos de otras ciudades mucho más importantes. Recuerdo que en la radio unos periodistas comentaban que cómo podía ser que Alcañiz –un pueblo de mala muerte, daban a entender- tuviese un circuito urbano y Zaragoza, la capital de Aragón y la quinta urbe de España careciese de él.

    Todo un alarde y exhibición de centralismo que todavía hoy se mantiene. Zaragoza, “Zaragón”, congrega casi las tres cuartas partes de la población aragonesa y fagocita la mayor parte del entramado económico de la comunidad autónoma. Durante aquellos años, se llegó a proyectar un circuito permanente que, evidentemente, no se hizo realidad.

    Respaldado por el prestigio adquirido por el circuito Guadalope, tras el cese de las pruebas en su trazado, se aceleró la planificación de la “Ciudad del Motor de Aragón”, MotorLand Aragón.

    Las nuevas instalaciones se inauguraron en septiembre de 2009. Desde dicha fecha, se han celebrado una serie de importantes competiciones internacionales de motociclismo. Las últimas, los dos pasados fines de semana. Y uno lleva, por primera vez, el nombre de nuestra provincia.

    Un periódico anunciaba en un titular “El cartel del Gran Premio de Teruel sitúa a la provincia en el mapa mundial”. Es cierto. Pero esto debería haber sucedido desde la creación de MotorLand porque en los carteles anunciadores de las diferentes competiciones creo que nunca o en muy pocas ocasiones ha figurado, inexplicablemente, el nombre de Alcañiz y tampoco el de Teruel, la provincia a la que pertenece la ciudad sede del circuito. Parece que todo el mundo tiene la obligación de saber que MotorLand Aragón está ubicado en Alcañiz.

    De acuerdo con el centralismo anteriormente comentado lo lógico es pensar que, como casi todo, la Ciudad del Motor aragonesa se encuentra en Zaragoza. ¿A qué se debe ese escamoteo de los nombres de Alcañiz y Teruel?

  • Otra vez semiencerrados

    No entiendo nada.
    Seis meses más semiencerrados.

    Entradas y salidas de España (tanto por vía legal): -aeropuertos y puertos-, (como por vía ilegal): -pateras-, sin restricciones ni tests preventivos.

    No hacen tests sistemáticos generalizados a todo el mundo, ni han pensado en aislamiento preventivo sólo a los afectados, ni en realizar un buen rastreo de posibles contagiadores. Por algún sitio leí que el ejército se brindó a ello para ayudar en el seguimiento de rastreo.

    Hostelería semicerrada, Centros de Salud telefónicos, y sin ampliar líneas, por lo que es una odisea que te cojan el teléfono. Oficinas administrativas con cita previa y mamparas, pero colegios "a tope", bien pegados pero con las ventanas abiertas, para que las corrientes y el frío que llega, nos ayude a resfriarnos y ya nos acabemos de volver locos a la hora de discriminar si el estornudo es Covid o un simple resfriado.

    En Wuhan, China, exportador de la pandemia, ya están haciendo vida normal sin haber hecho tanta restricción y aquí cada vez estamos peor. Si las medidas restrictivas anteriores sirvieron de bien poco, puesto que estamos en lo mismo o peor, ¿por qué no se fijan en lo que han hecho los países en que la pandemia está prácticamente superada en lugar de aplicar lo que está demostrado que no sirve?.

    Dejando aparte nuestro carácter latino, extremadamente social, cariñoso y sobón, que influye bastante a la hora de guardar las distancias, pienso que si consiguiéramos interiorizar un cambio de conductas más correctas, aunque sólo fuera durante esta mala racha y por precaución, ayudarían bastante a la hora, también, de evitar posibles contagios, y en ello creo estamos de acuerdo, pero sólo hace falta poner un poco de nuestra parte, o incluso hacérselo ver a nuestro contertulio, de buenos modos, si llegara el caso, y evitando ofender o sentirnos ofendidos.

    Pero lo de llegar a este extremo de nuevo, otra vez semi-encerrados, de verdad que no lo llego a comprender.
    Sólo se me ocurre una cosa, y es que tienen razón los que afirman que están utilizando la excusa de la pandemia para tenernos de nuevo quieto-parados, para que no podamos relacionarnos ni intercambiar, ni protestar, tan sólo asumir que todo lo hacen "por nuestro bien", dando a entender que somos unos irresponsables y que si no fuera por ellos nunca sabríamos cómo salir de ésta.

    Pues, mira, no se cómo lo verán ustedes, pero yo cada vez veo más el lado oscuro, y ya me da por pensar que quienes manejan todo este tinglado de los encierros y desencierros necesitan más tiempo para llevar a cabo mejor y sin gente ni público por el medio para llevar a cabo con toda la tranquilidad del mundo sus propios planes y sus rocambolescos fines, que como las Meigas, "Haberlos haylos".

    Por todo ello, no entiendo nada de todo esto,....o sí lo entiendo?. Piensa mal y acertarás.

  • Héroes o villanos

    Han pasado de ser los mayores héroes de la pandemia a ser unos apestados. Me estoy refiriendo a los sanitarios.

    Lucharon sin armas, a cuerpo limpio, contra el maldito virus, y todos les aplaudimos a las 8 de la tarde desde la comodidad de nuestras casas, asomados a balcones y ventanas cantando hasta desgañitarnos el “resistiré”. Algunos se infectaros, otros cayeron por el camino, pero agotados y satisfechos con el trabajo que hacían, siguieron dándolo todo, jugándosela todos los días.

    Por prevención, pasaron meses sin ver a sus familias, viviendo en hoteles o con otros compañeros del mismo trabajo, para evitar propagar sin querer, el virus mortal. Este verano sus vacaciones han sido un poco atípicas. La situación no permitía, en la mayoría de los casos, el merecido mes de vacaciones seguido de todos los años. Así que han ido cogiendo vacaciones con arreglo a los servicios que tuvieran, porque ante la escasez de personal, la saturación de sistema, era difícil que cuadraran los derechos de los trabajadores con los de los usuarios de la sanidad pública, y, estoy segura, ganó el derecho de los usuarios, por mucho que llenen páginas los periódicos amarillistas de casos en los que han muerto personas por no recibir atención médica de otros procesos. Ha habido casos, como siempre hay, porque la medicina no es una ciencia exacta, y desde luego si ha sido por dejadez se deben pedir responsabilidades a quien hubiera lugar, pero da la impresión que han desatendido del todo al resto de los pacientes que no son enfermos de COVID, y para nada ha sido así.

    Se siguen viendo a pacientes en consulta, no a todos, es cierto. En mi caso me visita un especialista que previamente me manda una analítica, que es la que le dice cómo estoy, el verme en persona es simplemente ver que aspecto tengo. Por teléfono se solucionó perfectamente, me dio las pautas a seguir y santas pascuas.

    Tuve unas décimas de fiebre y no me encontraba bien, llamé a mi centro de Salud e inmediatamente mi médico de cabecera me mandó una PCR y me dio la baja, me indicó las pautas de lo que debía hacer (aislamiento, etc.) fui al centro de Salud a hacerme la prueba con las medidas de precaución máximas y me dieron los resultados (negativo) y el alta todo por teléfono. ¿hubiera cambiado algo el que me viera en persona? Pues no. De hecho, mi médico de cabecera es una de los muchos sanitarios que ha pillado el bicho, y ha estado 3 semanas en la UVI y aún no se ha reincorporado a su trabajo.

    Siguen trabajando en precario. Ahora ya hay material de protección, pero no hay personal para contratar. No hay ni enfermeros, ni auxiliares ni médicos en paro que puedan trabajar en los Centros Sanitarios, en las Residencias de Mayores, en los Centros de Salud… Y en vez de apoyarlos (nuestra salud en muchos casos depende de ellos), les acusamos de que no reciben en persona a los pacientes, que se quejan de que están llenos los hospitales y no es cierto. En resumen: les estamos diciendo que no trabajan.

    Después de los meses que llevan que les digamos que son lo peor, es… pa’matarnos…

  • Fase 2

    No se fían de nosotros. Y con razón. Seguimos viendo actos de irresponsabilidad entre la población, jóvenes y mayores sin distinción. Los ocios nocturnos juveniles se llevan la palma, pero los paseos por los parques y calles de Zaragoza con la mascarilla a media asta es más de abuelos o gente de mediana edad.

    Y como no se fían, en Zaragoza, para estas NO fiestas del Pilar nos bajan de categoría y nos meten en 2ª… Prevención, imagino, para evitar que hagamos lo que nos salga de los mismísimos bemoles, porque no podemos pasar sin salir de copas, ni de ir a restaurantes, ni reunirnos con un montón de personas con las que no convivimos, que a su vez se reúnen con otros montones de personas con los que no conviven. Los establecimientos hosteleros que cumplen con todas las medidas de seguridad son muchos, pero luego están los que se lo pasan por el arco del triunfo, y con tal de llenar la caja registradora, permiten entrar más gente de la permitida, a horas que no están autorizadas y sin exigir escrupulosamente que se sigan las medidas de seguridad.

    Yo entiendo a los empresarios del ocio, y a los camareros, restauradores... Por supuesto que sus ingresos han bajado estrepitosamente, como el de muchos comercios y otros negocios, pero cuanto antes salgamos del peligro antes podrán trabajar al 100%. Pero la economía no puede estar por encima de la salud de todos.

    Seamos responsables, que no somos inmortales y las enfermedades nos afectan a todos por igual, si no miren a EEUU. Su presidente se ha infectado, pero en un alarde de irresponsabilidad, ha decidido volver a la Casa Blanca, sin están curado, y poner en peligro a un montón de personas que están a sus órdenes.

    Entre los que mandan mal, y los que no obedecen…

  • ¡Viva la república!

    Recuerdo muchas veces a Molina, el alcañizano de adopción que en tiempos de Franco, sin ningún escrúpulo ni miramiento, ante las fuerzas vivas y a medio momificar del Régimen gritaba en la calle Alejandre, cuando la calle Alejandre era la calle Alejandre; ¡viva la república!, con un tono particular que alargaba la u mientras daba un derechazo torero, capeando al mundo entero que sólo él sabía ponerse por montera. Los que lo veíamos, no tan valientes como él sonreíamos con su gesto y con la cara malcarada de los franquistas.

    Ahora son muchas las voces, sin la misma compostura de Molina, ni su saber estar, que se ponen a gritar en favor de la república y yo que conocía la república a la que jaleaba Molina, desconozco totalmente la República de la que hablan los que la ensalzan ahora. ¿Una república familiar y dictarorial como la cubana?, ¿una república hereditaria como la de Corea del Norte?, ¿una república popular?, ¿una república como la de los genocidas Mao o Stalin?, ¿una república federal?, ¿una república presidencial?, ¿una república de repúblicas?, ¿una república bananera?, ¿una república cantonalista?, ¿una repúbllica a lo Trump?,...

    Los que gritan ¡viva la república!, deberían especificar, no vaya a ser que los de la república popular se encuentren con la de Trump o los que la quieren cantonalista se la encuentren presidencialista.

    Mientras se van definiendo yo me quedo con la de Molina, que los dos sabíamos de qué iba. ¡Viva la repúúúúúúúúúúúúública!, con una verónica al alimón y a puerta gayola.

  • Loa a Joaquín

    Te he querido tanto que no te robaría las hijas ni aunque el mismísimo demonio me tentara con el sueldo de un profesor inmune al coronavirus, de por vida. Te querré siempre porque has amado con la pureza de las aguas del Guadalope a su paso por Alcañiz, desde Sabiñánigo hasta Estercuel, e invitar a la concurrencia, ávida de leer el libro que presentas, a recordar amantes y despechos, rezumando poesía, y alegría de vivir, como las opiniones en un periódico, del que alguien, en alguna parte, guarda un ejemplar, o lo encontrará entre las ruinas de un caserón de un pueblo abandonado, a salvo de las inclemencias meteorológicas, milagrosamente. Supe que te querría para siempre, cuando me regalaste el oído, mientras el vino añejo de las bodegas de Alacón, algunos guardados desde el nacimiento de cada hija, que ahora ya tiene nietos, me sorprendió en la fiesta de la comarca, y recordé a aquella maestra, que se excitaba cuando le instruía sobre sexualidad, y en sus desconocimientos beatíficos, creyó que aquello era el sexo oral, mientras tomando la iniciativa, contra lo que consideraba normal, me amonestaba dulcemente para que no siguiera, porque no era de piedra, y se le estaba haciendo insoportable no pasar de los dichos a los hechos, no queriendo pecar. Solo bastaba con no copular. Y eso nos hizo tocar el cielo, muchos días. Así te quiero yo, de Calatayud a la eternidad, recorriendo los pueblos que incluíste en tu canción, y todos los demás, mojándonos el culo, o arremojandonos la tripa en Fraga, al son de Labordeta. Te quiero, y nada, nunca, nos podrá separar. Y quien te honra, tiene un amigo en mí.

  • Inconscientes y superficiales

    Ayer estaba haciendo cola en la calle para entrar en una conocida tienda de tejidos en el centro de Zaragoza. Delante de mí, tres amigas, mujeres de una cierta edad, esperaban para entrar también. Hablaban entre ellas y tal y como la más próxima a mí se iba manifestando yo daba un paso hacia atrás separándome cada vez más.

    Decía esta señora a sus amigas que ella llevaba la mascarilla porque si no la multaban que si no fuera para eso ni hablar del tema, que era una tontería. La mascarilla que lucía en la cara es de las que duran cuatro horas… yo creo que por el aspecto debería haberla usado 4 semanas… Otra de las amigas le daba la razón y comentaba que ella se había hecho la mascarilla con un pañuelo de su marido… se le caía de la nariz y cada poco se la subía manoseándola abundantemente. El aspecto de la “mascarilla” era tan deplorable como el otro. Sucia, que no ajustaba… La otra amiga las miraba con cara de asombro sin atreverse a contradecirlas, pero con su inmaculada mascarilla nueva, y bien colocada.

    Cuando ya les iba a tocar el turno sacó una botellita de gel hidroalcohólico y se lo ofreció a sus amigas, se lo pusieron no sin decir que para qué, que era una tontada…

    Las tres eran grupo de riesgo por la edad, y no eran conscientes del peligro que lleva no cumplir las 3 reglas básicas de prevención. Venían de tomar un café.

    Entre eso y que una de las noticias más comentadas es el nuevo look de Pablo Iglesias no puedo dejar de pensar que a veces, es poco lo que nos pasa. ¿De verdad es importante si lleva pendientes o moño? ¿Eso es lo importante? Es como si juzgaras a Mariano Rajoy por teñirse el pelo, por ejemplo, o a Pablo casado por la frondosa barba que se ha dejado…

    Lo importante, lo mollar, es gestionar bien las cosas, tanto ellos, los políticos, como nosotros en nuestras posibilidades.

    De la gestión de los políticos hablamos otro día, que eso da para mucho rato.

  • Y va para largo

    ¿Por qué nos comportamos como si esto del Coronavirus fuera algo del pasado?
    ¿Por qué nos lo tomamos con mucha más tranquilidad y no tomamos tantas precauciones tanto al salir como al entrar en nuestras casas?
    Está claro que estamos hartos de esta historia y ansiamos la libertad que con esta mierda del covid nos ha sido arrebatada y ya hacemos como si no, como si esto estuviera superado. Hasta incluso, a veces, jaleamos y nos queremos creer las teorías liberadoras y justificables contrarias a la realidad, las que afirman que todo ha sido un engaño, que esto no mata, que la gente se moría porque era su hora y por otras enfermedades, sólo que además tenía también esta especie de gripecilla tonta.
    Pero...
    La realidad es la que es. Preferimos no creer a quienes afirmaban que esto sería largo, muuuuuuyy largo.

    En Aragón estamos ahora como en abril y mayo, estamos mal, demasiado mal. ¿Por qué actuamos como si no pasara nada?
    Si no caemos muertos como moscas es porque los "reventados" sanitarios a quienes apenas hemos dejado ni descansar, pues en esta tregua propiciada por el encierro obligatorio, ellos han estado recibiendo instrucciones, adecuando espacios, estudiando protocolos. Por eso ahora, tienen más mecanizada, estructurada y trabajada la situación protocolaria y la manera de llevar a cabo el trabajo. No están tan desbordados por esa razón, han asumido su cambio estructural a la hora de afrontar su día a día con esta guerra, que sigue ahí y es la misma, sólo eso.

    Pero, aquí no pasa nada. Nuestras cervecitas en el velador con los amigos, no pueden faltar, que para eso estamos en la calle, y total, son de casa. Ellos, como nosotros, todos somos de fiar. Llevamos la mascarilla en una oreja, por si vemos a la policía, poderla ajustar rápido, pero no hay que temer, que no multan ni nada, lo dicen sólo para asustar...¿de verdad?. Y lo de las distancias, tonterías, que si alguien tose, el bicho se queda tapado, además, es verano, caramba!
    Ahora no hay resfriados, ni gripe vulgar, ni de ninguna letra A, B, C, ni aviar, ni caviar. Hace calor y el calor...achicharra a todo bicho viviente, hala!

    Pues no, señores!!!
    Esto sigue aquí, esto afecta y mucho. No perdona, ni a gente mayor, ni a jóvenes y tampoco a los niños, que eso es lo más grave, pues aunque no manifiesten síntomas, no sabemos nada del virus y tampoco si les va a dejar secuelas en sus pulmones en un futuro.

    En Aragón estamos mal. Los afectados cada día se incrementan y, de momento, ya tenemos más de 123 casos de contagiados entre nuestro personal sanitario. Cuando no quede nadie en los centros de salud y en los hospitales para atendernos, nos apañaremos buscando remedio a nuestros males en alguna página de esas de internet. Que ha dicho Sánchez, que la red funciona perfectamente, y que ahora con la 5G, ya no vamos a necesitar ni médicos...sólo personal funerario.

  • Negacionistas

    Si bien la anécdota parece ser anterior, se cuenta que, allá por el primer tercio del siglo XX, el filósofo José Ortega y Gasset y el torero Rafael Gómez “El Gallo” fueron presentados. Al
    enterarse el matador de la profesión de Ortega y de en qué consistía, exclamó la famosa frase que ha quedado para la posteridad: “¡Hay gente pa to!”

    Efectivamente, “hay gente pa to”. En un tiempo en que disponemos de más que suficientes medios para conocer y comprender la realidad, por inverosímil que parezca, hay quienes siguen creyendo que la Tierra es plana y que los científicos, la NASA y Hollywood se han confabulado para ocultar la verdad y, de paso, embolsarse ingentes sumas de dólares. Lo que costó convencer a los “sabios” del pasado de la esfericidad de nuestro planeta para que, en pleno siglo XXI, vayan en aumento los que no admiten dicha evidencia. ¿Serán planos también el sol, la luna y el resto de los planetas? Desde luego, de algunas mentes no cabe dudarlo.

    Este tipo de negacionismo no hace daño a nadie y puede resultar hasta simpático. Frente al síndrome del impostor, en el que cuanto más se sabe, menos seguridad se siente, se encuentra el llamado efecto Dunning-Kruger, el más común, en el que personas sin noción de nada creen dominar cualquier tema. Sin embargo, se está propagando otro negacionismo más peligroso. En las redes sociales, aparecen muchos comentarios desechando la pandemia del Covid-19. Niegan el virus; no han aumentado los fallecimientos sino que el número de estos ha sido similar al de años anteriores; las muertes en las residencias las atribuyen a la vacuna contra la gripe que contenía un tóxico coagulante de la sangre; las declaraciones de los sanitarios sobre el drama sufrido y el colapso de las UCIS son un bulo. La obligación de las mascarillas y la posibilidad de contagio, según esta gente, constituyen un modo de meternos miedo y de manipularnos por parte de Soros, Bill Gates, banqueros, laboratorios y políticos, es decir, de los dirigentes del Nuevo Orden Mundial -versión actualizada de la conspiración judeo-masónica de Franco- para la reducción de la población del planeta. De aceptar estas teorías conspiranoicas, viviríamos inmersos en el universo de Matrix, donde la realidad no existe y todo es virtual. Como ese comité de expertos que asesoraba a nuestro gobierno en las decisiones a tomar y que ha resultado ser una filfa. Lo dicho, hay gente pa to. Para mentirnos descaradamente y para aceptar encantada las mentiras, siempre y cuando procedan de los de su cuerda.

  • Homenaje a Juan Marsé

    Estas son las veintiséis novelas y veintiséis películas que este hombre excepcional eligió antes del cambio de milenio.

    Campanadas a medianoche. Orson Welles, 1965, basada en diversas obras de Shakespeare. Frankenstein or the modern Prometheus, Mary Shelley, 1818. Frankenstein, James Whale, 1931. Notre-Dame de París, Víctor Hugo, 1831. El jorobado de Notre-Dame; o Esmeralda la zíngara, William Dietrerle, 1939. Moby Dick, Herman Melville, 1851. Moby Dick, John Huston, 1956. Great Expectations, Charles Dickens, 1861. Cadenas rotas, David Lean, 1946. Las aventuras de Alicia, en el país de las maravillas, Lewis Carroll, 1865. Alicia en el país de las maravillas, Walt Disney, 1951. Guerra y paz, Lev Tolstoi, 1869. Guerra y paz, King Vidor, 1956. Whashington Square, Henry James, 1881. La heredera, William Wyler, 1949. La isla del tesoro, Robert Louis Stevenson, 1883. La isla del tesoro, Victor Fleming, 1934. El extraño caso del doctor Jekyll y míster Hyde, Robert Louis Stevenson, 1886. El doctor Jekyll y míster Hyde, Rouben Mamoulian, 1932. Drácula, Bram Stoker, 1897. Drácula de Bram Stoker, Francis Ford Coppola, 1992. El corazón de las tinieblas, Joseph Conrad, 1902. Apocalypse Now, Francis Ford Coppola, 1979. Sangre y arena, Vicente Blasco Ibáñez, 1908. Sangre y arena, Rouben Mamoulian, 1941. Tarzán de los monos, Edgar Rice Burroughs, 1914. Tarzán de los monos, W.S. van Dyke, 1932. Una tragedia americana, Theodor Dreiser, 1925. Un lugar en el sol, George Stevens, 1951. El halcón maltés, Dashiell Hammett, 1930. El halcón maltés, John Houston, 1941. Lo que el viento se llevó, Margaret Mitchell, 1936. Lo que el viento se llevó, Victor Fleming, 1939. Las nieves del Kilimanjaro, Ernest Hemingway, 1936. Las nieves del Kilimanjaro, Henry King, 1936. Stage to Lordsburg, Ernest Haycox, 1937. La diligencia, John Ford, 1939. El tercer hombre, Graham Greene, 1950. El tercer hombre, Carol Reed, 1949. Al este del Edén, John Steinbeck, 1952. Al este del Edén, Elia Kazan, 1955. D’entre les morts, Pierre Boileaud y Thomas Narcejac, 1954. Vértigo, Alfred Hitchcock, 1958. Lolita, Vladimir Nabokov, 1955. Lolita, Stanley Kubrick, 1962. Doctor Zhivago, Boris Pasternak, 1957. Doctor Zhivago, David Lean, 1965. El gatopardo, Giuseppe Tomasi di Lampedusa, 1958. El gatopardo, Luchino Visconti, 1963. A sangre fría, Truman Capote, 1966. A sangre fría, Richard Brooks, 1967. 

    “Y no seas tan pesimista. Al fin y al cabo no es tan horrible. Tú sabes lo que ha dicho ese individuo: en Italia, durante treinta años, bajo los Borgia, tuvieron guerras, terror, asesinatos y derramamiento de sangre… pero produjo a Miguel Ángel, a Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza tuvieron un amor fraternal, quinientos años de democracia y paz. ¿Y qué produjeron? El reloj de cuco” (Harry Lime a Holly Martins, en el tercer hombre).

  • La concejal Beatriz Altaba

    Hace ya unos meses estaba hablando y analizando a cada uno de los concejales de la nueva corporación. Al llegar al nombre de Beatriz Altaba, el político con el que hablaba zanjó muy pronto su opinión con contundencia: “esta no se entera”. Entonces no contesté porque carecía de elementos de juicio. Ahora ya puedo contestar y quiero. Si el Ayuntamiento dispusiera de media docena de concejales como ella, Alcañiz en vez de un vertedero sería una ciudad espléndida, amigable y con futuro.

    Es sorprendente la capacidad de trabajo que tiene y su disposición. Avisa por todas partes donde puede de los lugares de recogida de basura de gran volumen. Si sabe de un puesto de trabajo, lo comunica para que cualquiera pueda optar a él, si hay que recoger basura, se remanga y es la primera. Si una persona dice que dónde puede dejar un frigorífico viejo y Beatriz no lo sabe, se va a buscar el lugar y le informa a la persona (que bien podía haber ido ella). Si alguien ha perdido unas llaves, ya está Beatriz pregonándolo para que no tenga que llamar al cerrajero. Si un desfibrilador no funciona, le informa al concejal, que es el que cobra para preocuparse y no sabe ni dónde está. Son algunos ejemplos de su preocupación desinteresada y desvivida por los ciudadanos. Beatriz entró al Ayuntamiento para servir al ciudadano y ese debe ser el mantra que se repite cada día cuando se levanta (si es que se se acuesta para dormir).

    Quien me dijo "esta no se entera" debería tomar nota para irse enterando de que ella es la que está cumpliendo con su compromiso y quien no se entera es él.

    El espíritu de Beatriz es el de los sanitarios llevado a la política. Se desviven por quitar la enfermedad del paciente, por eliminar el dolor, sea amigo, enemigo, conocido o desconocido. Si luego hay que discutir, ya discutiremos.

    Estas palabras se las debía cuando callé ante el político que me dijo "esta no se entera".

  • Rebrotes

    Parece que no aprendemos y por ello vamos hacia atrás como los cangrejos. Somos muy flacos de memoria, como decía Julián de Susana, en la zarzuela La verbena de la Paloma.

    Ya no nos acordamos de la tragedia sufrida y, todavía, latente y obstinada en no desaparecer y que ha causado la pérdida de casi de 28.500 vidas, según el cómputo del gobierno. De aplicarse las pautas de la Organización Mundial de la Salud, dicha cifra alcanzaría las 50.000.

    El gobierno cuenta, únicamente, los decesos diagnosticados por test PCR mientras la OMS incluye también a los sospechosos de Covid-19, es decir, a quienes presentaban síntomas pero no se les practicó la prueba por lo que no existe certeza de la causa de su fallecimiento. Solo quienes la han padecido en sus carnes o en sus familias son conscientes de la desgracia que nos ha sobrevenido.

    A los demás, nos han ocultado la dura realidad. Para no herir nuestra sensibilidad, no nos han mostrado ninguna imagen truculenta de lo que estaba ocurriendo. Una cosa es recrearse con escenas de este tipo -como tantas veces se han repetido en los telediarios- y otra privarnos de la visión de los hechos que nos concienciara de la gravedad de la situación. Las palabras no bastaban.

    Lo que no entra por los ojos… Para los no afectados, el confinamiento ha consistido en quedarse encerrados en casa, salir cada tarde a aplaudir a los sanitarios que estaban exponiendo sus vidas y a cantar el Resistiré. Los muertos eran una fría estadística que iba creciendo cada día.

    Una vez nos han soltado, hemos echado en saco roto todas las precauciones y recomendaciones lanzándonos a la vida “normal” como si aquí no hubiera pasado nada. Por otra parte, se ha permitido la libre circulación de personas sin ningún control; como mucho, una declaración, una comprobación de no tener fiebre y un examen del aspecto externo. Luego, nos extrañamos de los rebrotes aparecidos como el de algunas de nuestras comarcas y Zaragoza que han debido retroceder a la fase 2 y limitar la movilidad para salir de ellas. Y el de Alcañiz.

    Acabado el mando único del estado de alarma, las comunidades autónomas han recobrado sus competencias y, ahora, son ellas las que han de solventar los problemas que vayan
    surgiendo. El presidente Lambán y la consejera de Salud nos han pedido responsabilidad. Sobre todo a los jóvenes. Estos han considerado la pandemia como cosa de viejos y que la cosa no iba con ellos aunque pudieran ser portadores del virus e infectar a sus padres y abuelos. Esperemos que la irreflexión de unos pocos no la paguemos todos y nos vuelvan a encerrar.

  • Regreso

    Parafraseando a Paco Martínez Soria en la Ciudad no es para mí, por fin he podido decir:

    “Ya estoy en mi pueblo otra vez”. Casi cuatro meses de ausencia como consecuencia del estado de alarma y del confinamiento. La película, estrenada en 1966, obtuvo un gran éxito y para el actor turiasonense -ya figura cotizada y aplaudida del teatro español- fue su lanzamiento definitivo en el cine. Incluso grabó un disco que, a todas horas, podía escucharse en la radio y que comenzaba con la frase anteriormente expresada. La cinta se clasificó para mayores de 14 años.

    En ella, se desliza un adulterio que no llega a consumarse. En Zaragoza, no me dejaron entrar en el cine. Hoy día, esto puede parecer ridículo pero eran las costumbres de la época, por fortuna, superadas.

    En Alcañiz, la calificación cambió y la película se autorizó para todos los públicos. Se ve que un adulterio no revestía la misma importancia en un pueblo que en una ciudad. El film fue proyectado en el cine Guallar, en la calle Mayor, conocido también como el cine de abajo. El cine de arriba era el Roch, en la plaza de san José. Hace mucho que los dos desaparecieron.

    He vuelto a Alcañiz desoyendo al Gobierno que recomendaba, por boca de su principal experto, no cambiar de provincia y menos de comunidad. Por el contrario, los turistas extranjeros sí pueden moverse libremente por nuestro territorio sin someterse a ninguna prueba. A pesar de que el ministro comunista de Consumo lo considera como un sector “estacional, precario y de bajo valor añadido”, la realidad es que el turismo, además de ser un gran invento como se titulaba otra película de Martínez Soria, constituye nuestra principal “industria” y una actividad esencial para reactivar la economía. Hay que impulsarlo aunque sin descuidar las medidas de seguridad.

    Parece ser que, según las autoridades, los controles de temperatura y la inspección visual son más efectivos que los test. En todas partes se están produciendo rebrotes de Covid-19.

    Para evitar pasar a mayores, debemos no bajar la guardia guardando las distancias sociales y usando las mascarillas que, unos meses atrás, no resultaban convenientes. Nos piden algo muy simple que, sin embargo, muchos no hacen. Tampoco algunos diputados y senadores que tendrían que dar ejemplo. Y, por cierto, el PSOE y Unidas Podemos han votado en el Congreso en contra de bajar el IVA de mascarillas, guantes y geles hidroalcohólicos del actual 21% al 4%. Y el IVA lo pagamos todos, no solo los ricos.

  • Racismo

    Estamos llegando a unos extremos de estulticia y tontuna que son para hacérselos tratar por profesionales. El canal de televisión por suscripción estadounidense HBO retiró la película de 1939 “Lo que el viento se llevó” por racista. Ante las críticas recibidas, rectificó su decisión. Y como solo hay que prohibir una cosa para obtener el efecto contrario, las compras del mítico film se multiplicaron. Tendrán que censurar asimismo las películas de Tarzán, un blanco en tierra de negros que, para más inri, son los malos. O las de indios. En casi todas, ganan los blancos, o sea, los buenos. La creadora de “Friends” ha pedido perdón por no incluir intérpretes de color en la serie. Ya criticaron otra serie, “Chernobyl”, porque no había personajes de origen afro.

    Habría que matizar dicho concepto pues no todos los naturales de África son de ese color; en el norte del continente, tienen un tono más claro de piel. La incongruencia sería que, en la Ucrania soviética, aparecieran personas de ese color. Un ejemplo de corrección política es “La corona vacía”, serie británica sobre la Guerra de las dos Rosas en la Inglaterra del siglo XV. En ella, la actriz que da vida a la francesa Margarita de Anjou, esposa del rey Enrique VI, pertenece a dicho grupo étnico.

    Una serie histórica debe ser fiel a los hechos del pasado. No sé cómo hemos podido mantener nuestro equilibrio mental mediatizados, desde la infancia, por ejemplos de discriminación tan negativos. A no ser que los desequilibrados sean otros. Ah, y otras.

    La muerte de un afroamericano en manos de un policía blanco ha desatado una explosión de violencia “antirracista” en todo Occidente. Pero el racismo no se combate boicoteando, desde la ignorancia y el odio, películas, derribando estatuas o incluyendo actores de otro color para papeles que, étnicamente, no les corresponden. Resulta absurdo que los descendientes de quienes, prácticamente, aniquilaron a las tribus nativas de América del Norte, tilden a Colón de racista y esclavista. ¿Cuántos indios –no sé si esta palabra es correcta- sobrevivieron en los territorios colonizados por británicos y franceses? En cambio, al sur de Río Grande, en casi todas las naciones, la inmensa mayoría de la población es indígena o mestiza.

    No se puede juzgar el pasado desde una perspectiva actual. En todas las conquistas se han producido desmanes y excesos. Nos sentimos orgullosos de nuestro pasado romano e islámico y ¿no cometieron estos pueblos, también, un sinfín de tropelías y expolios? En 1776, los Estados Unidos declararon su independencia y han logrado erigirse en la primera potencia mundial. Treinta y cinco años después, comienza la secesión de la América Hispana. Las repúblicas que reemplazaron a los virreinatos españoles, sin embargo, se han quedado muy atrás. Después de dos siglos, la excusa de la herencia recibida ya no cuela. Hay que atribuir la culpa a otros ejecutantes de la Historia.

  • Tiempo de adioses

    El ámbito de la población más afectado por el coronavirus ha sido el de los mayores.

    Inexplicablemente, no se han proporcionado datos oficiales sobre el número de fallecimientos por efecto del Covid-19 en las residencias de la tercera edad; solamente se dispone de los informes aportados por las comunidades autónomas según los cuales dichas defunciones superan el 70% del total. En Aragón, este porcentaje se eleva hasta el 83%. Resulta lamentable que una parte de la generación que, con su impulso, construyó la España que conocemos haya tenido que acabar así, alejada de sus familias, aislada en geriátricos y muerta en soledad.

    En muchos casos, han transcurrido semanas sin obtener información desde los centros sobre la situación de los familiares y, cuando la han recibido, ha sido para comunicarles su deceso sin que pudieran despedirse de ellos y debiéndose conformar con una urna con sus cenizas.

    Ha habido establecimientos en los que han perecido más de 100 personas, las mayor parte de las veces, sin el tratamiento adecuado al no ser admitidas en los hospitales que, ante la solicitud de medicinas para ellas, se limitaron a enviarles morfina y sedantes. Por ello es muy loable la actitud de las doce trabajadoras del Hogar Santo Ángel de Alcañiz que, por propia iniciativa y para evitar contagios, se han confinado con las 120 personas mayores que viven en este centro de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados durante 50 días, desde el 15 de marzo al 11 de mayo.

    En contraste, también se han dado situaciones inversas en las que los residentes fueron abandonados a su suerte por quienes los tenían a su cuidado.

    El sector de establecimientos de la tercera edad arrastra años de precariedad y recortes con salarios bajos y escasez de personal. Para paliar tales deficiencias, el 22 de marzo, como
    efecto del mando único decretado por estado de alarma, las residencias privadas, quedaron “nacionalizadas” e intervenidas por el Gobierno bajo la supervisión de su vicepresidente segundo.

    En esta sociedad materialista que llamamos desarrollada, los ancianos son considerados una carga social, económica y política (algún partido muy progresista defiende privarles del voto
    con el argumento de que, al ser un colectivo muy numeroso, deciden el futuro de los jóvenes) y se les arrumba, despreciando su experiencia y sin reconocerles el derecho a disfrutar, tras los esfuerzos y servicios prestados a lo largo de su vida, de una confortable senectud.

  • Tengo miedo

    Casi todo el mundo tenemos a Hitler y Stalin como dos referentes de criminales contra la humanidad.

    Posiblemente ellos no mataron a nadie.

    Ni lo sé ni lo quiero consultar. Mataron a millones de judíos y a millones de trabajadores los que les seguían.

    Ellos sin sus seguidores no eran más que dos locos. Ellos solos no eran peligrosos, les hicieron peligrosos los que les adulaban.

    Estos días estoy viendo cómo los mismos que decían que no había que salir con mascarillas ahora dicen que hay que ponérselas o te sancionan.

    Los que decían que el 8 de marzo fue el inicio de la expansión, ahora salen a manifestarse sin respetar distancias. Los que no dan importancia a decenas de miles de manifestantes el 8 de marzo se suben por las
    paredes porque unos cientos salen a la calle. Los que decían que no podrían dormir si Podemos pactaba y llamaban con desprecio “el coletas o el chepas” a Iglesias, ahora salen en su defensa como si fuera un familiar agredido. Veo con estupefacción que los que decían que Pablo Iglesias era un ejemplo salido del pueblo con salario limitado y viviendo en Vallekas luego aprueban en referéndum que debe vivir en una
    mansión de lujo.

    Puede que esta noche los seguidores del PP se acuesten contentos porque en Madrid se hayan comprado millones de mascarillas y mañana se alegren todavía más porque las del Gobierno central estaban caducadas. Y viceversa. No hay razón. Sólo seguidismo. Mañana defenderán lo que el líder diga que debo defender. Miedo, siento mucho miedo. La democracia peligra.

    Quizás no me he explicado bien. Estoy un poco aturdido por el miedo. El bajoaragonés Julián Casanova lo explica muy bien en su libro Europa contra Europa. Está en la biblioteca de Alcañiz. Léelo.

    Dos recuerdos personales que me oprimen las vísceras siempre que pienso en ellos. Uno cuando estuve en Auschwitz y pude ver lo que hicieron los seguidores de Hitler. El otro cuando en Moscú me señalaron el edificio del KGB y un hombre mayor me dijo: “Allí entraban diariamente camiones llenos de trabajadores y ya no los volvíamos a ver”.

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