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Chapurriau
Mis abuelos hablaban chapurriau. Mi padre sólo lo chapurreaba porque pasó su infancia y juventud fuera de La Fresneda, su pueblo. Gran parte de los vecinos de casa de mis padres en la avenida Maestrazgo de Alcañiz hablaban chapurriau pues procedían de pueblos vecinos. Todos ellos se referían a la lengua que hablaban como chapurriau, sin ningún complejo.
Nunca escuché a ninguno de ellos decir que hablaban catalán, como mucho, cuando lo definían, decían que era una mezcla de valenciano, de catalán, español y palabras propias.
A mediado de los años setenta, del siglo pasado, muchos jóvenes que hablaban chapurriau se fueron a estudiar a Barcelona. Cuando volvieron les dijeron a sus padres, a sus hermanos, a sus tíos que se habían quedado en el pueblo que no hablaban chapurriau, que eso era un término despectivo, que lo que hablaban era catalán. Entonces, los que dejaron de decir que hablaban chapurriau, como no hablaban exactamente catalán, comenzaron a decir que hablaban catalán oriental u occidental o de la franja o catalán con localismos. Nadie cayó en la cuenta de que en Barcelona hablaban chapurriau, pero mal, como los que con sus palabras y expresiones quieren darse aires de señoritingo.
La diferencia entre el occitano y el catalán posiblemente sea menor que entre el catalán y las diversas variantes del chapurriau, pero un buen día del siglo diecinueve los catalanistas, entonces media docena, dijeron que ellos no hablaban lo mismo, que lo suyo era catalán. Sin embargo actualmente, dentro de los delirios pancatalanistas dicen que los occitanos también son catalanes porque hablan la misma lengua.
Corresponde a la manipulación del lenguaje con fines políticos.
Según los nacionalistas los países catalanes están formados por las gentes que hablan catalán. No están formados por los que hablan occitano o chapurriau o valenciano o mallorquín o andorrano, porque sino el mundo en vez de girar alrededor suyo giraría en otro eje distinto o simplemente no giraría, porque no hace falta que gire con esas
referencias.Si la Corona de Aragón hubiera sido la Corona Catalana su discurso sería distinto. Como no existió, con esa intención de manipular a través del lenguaje, le llaman la corona catalonoaragonesa, un ente falso que no ha existido nunca con el que intentan hacer girar la historia alrededor del centro que marcan ellos. Es la manipulación cultural para que después de conseguir “su independencia” pasar a “conquistar” Mallorca, Valencia, Occitania, Andorra y parte de las tierras del Bajo Aragón.
La burguesía catalana, esa tan independentista, hablaba español y consideraba el catalán como el hablar de los payeses, de los incultos.
Está aceptado que los valencianos hablan el valenciano, los catalanes el catalán, pues que acepten que en estas tierras se habla el chapurriau y los filólogos que hagan su trabajo, pero que en ningún caso quiten del diccionario que el chapurriau es la lengua hablada en una parte de Aragón.
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La censura que viene
G. K. Chesterton, escritor, filósofo y periodista británico que vivió a caballo de los siglos XIX y XX, advirtió que llegaría el momento en que sería “necesario desenvainar la espada para defender que el pasto es verde”. Ese momento ha llegado. Ya hace tiempo que vivimos sometidos a una inquisición que no quema -todavía- al disidente pero lo condena a una muerte social. Es peligroso expresar una opinión discordante con los dogmas de la corrección política que nos imponen.
El ayuntamiento progresista de Getafe y el Getafe CF han retirado al estadio municipal de esta ciudad madrileña el nombre del exfutbolista Alfonso Pérez, denominación que ostentaba desde hace un cuarto de siglo, por manifestarse contrario a la equiparación salarial del fútbol femenino. Sus declaraciones han sido tachadas de machistas y, en las redes sociales, muchos han aplaudido la decisión poniéndole como chupa de dómine. Ha expuesto su punto de vista con la que se puede estar de acuerdo o en desacuerdo. Vivimos en un país libre, de momento.
No se trata de distinguir entre hombres y mujeres sino de quiénes llenan los estadios y consiguientemente generan superiores ingresos. El fútbol se ha convertido, además de en un espectáculo, en un negocio que mueve millones y millones de euros y, hoy por hoy y se quiera o no, el balompié masculino resulta inmensamente más lucrativo que el femenino.
Por la norma de “a igual trabajo, igual salario” todos los jugadores de un equipo o de una categoría deportiva deberían cobrar idéntico sueldo. Todos entrenan, todos juegan y todos se esfuerzan por alcanzar la victoria. Pero unos juegan mejor que otros y atraen a más espectadores. El partido de un equipo contra el Real Madrid o el Barcelona no congregará el mismo público que si se enfrenta con el último clasificado.
Parece lógico que los mejores deportistas y que proporcionan mayores beneficios ganen más.
Similar criterio se aplica a los artistas.
No comprendo cómo todavía no se les ha ocurrido aplicar la paridad en el mundo del deporte en el que hay mujeres equiparables a los hombres y no desentonarían jugando juntos. El problema sería el número de espectadores que acudirían a los encuentros. Tertulianos de televisión que no vivieron los 80 y 90 o eran entonces pequeños, hablan de la censura de aquellos años. Sin embargo, en aquellos años había más libertad que ahora en que es preciso andar con pies de plomo con las palabras pues todo el mundo se ofende por cualquier cosa. Hoy, no se puede decir lo que se piensa y hay que pensar muy bien lo que se dice. La censura que viene y lo que vendrá después.
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La vida de nosotros
“La vida de los otros” es una película alemana del 2006 que, al año siguiente, logró el Óscar a la mejor producción de habla no inglesa. La acción transcurre durante los últimos años de existencia de la República Democrática Alemana -país satélite de la Unión Soviética- en el Berlín oriental, tras el muro que dividía la ciudad, llamado “de Protección Antifascista” por los comunistas y “de la Vergüenza”, por los occidentales. Se calcula que entre 125 y 200 personas perdieron la vida al intentar cruzar el muro sin permiso y que más de 3.000 fueron detenidas por el mismo motivo; en la parte comunista, fuertemente vigilada, la policía, de la que formó parte Putin, no dudaba en disparar contra quienes pretendían pasarse al lado occidental. La canción “Libre” del valenciano Nino Bravo, fallecido hace medio siglo en un accidente automovilístico, cuenta la historia del primer alemán asesinado al tratar de huir del paraíso socialista a través del muro. El film relata la vigilancia de la Stasi, policía secreta de la dictadura, sobre los círculos intelectuales y, en concreto, el rígido espionaje aplicado a un escritor, cableando su casa e instalando micrófonos ocultos en ella.
En la actualidad, no sería precisa tanta parafernalia pues ofrecemos gustosamente toda la información que quieren de nosotros. Y más. Del mismo modo que los etólogos estudian el comportamiento animal anillando y poniendo microchips a determinadas especies, quienes rigen los destinos del mundo nos han aplicado a los seres humanos unos artilugios inseparables e imprescindibles para nosotros y de los que dependemos creando una peligrosa adicción entre gentes de todas las edades. Parece que no pueden respirar sin él.
Naturalmente, me estoy refiriendo a los teléfonos móviles que se han convertido en una prolongación de nosotros mismos. De seguir así, dentro de algunas generaciones, ya vendrán incorporados a nuestra anatomía.
Hoy, la vida de nosotros está contenida en el teléfono a través del cual percibimos cuanto nos rodea y al que confiamos nuestros datos, nuestra intimidad y, en definitiva, nuestra libertad.
Saben todo de todos y, de este modo, les es muy fácil manipularnos. El teléfono ya sustituye hasta al dinero y las tarjetas, lo que está generando otro problema, cada vez, pagamos menos en efectivo. Con ello aumentamos los beneficios de los bancos que ya nos cobran por todo y, al mismo tiempo, les bailamos en agua a los gobiernos que aspiran a eliminar el dinero físico. Así, su control será absoluto. Por desgracia, se está cumpliendo la profecía atribuida erróneamente a Einstein: “Temo el día en el cual la tecnología sobrepase nuestra interacción humana. El mundo tendrá una generación de idiotas”. Hacia ahí vamos. Y como ejemplo, la inteligencia artificial.
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El beso
Desde el beso de Judas, ningún ósculo había alcanzado tal repercusión como el pico del ya expresidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, a la jugadora Jennifer Hermoso. Ni el beso de Klimt, ni el beso de Brâncusi, ni el beso de la mujer araña ni el morreo que, allá por el 1979, se dieron Leónidas Brézhnev y Erich Honecker, dictadores comunistas de la URSS y de la República Democrática Alemana respectivamente. Puede decir Yolanda Díaz que el comunismo es la democracia y la igualdad, pero en los países donde este sistema ideológico se ha impuesto o continúa impuesto, han padecido o padecen una dictadura.
Luis Rubiales, aparte de los comportamientos corruptos y trapicheos -conocidos por todos y callados por muchos- perpetrados durante el ejercicio de su cargo, debía haber dimitido no solo por el tan traído y llevado piquito sino también por su conducta zafia y vulgar en el palco de autoridades, tocándose sus partes ante las televisiones del mundo que retransmitían la final de la Copa Mundial Femenina de la FIFA. ¡Qué imagen de España estamos dando! Lo importante es que ha dimitido. Le ha costado pero lo ha hecho. Nunca es tarde si la dicha llega.
El pico que Rubiales, personaje ligado al PSOE y del que todos ahora reniegan, ha sido convertido políticamente y con efecto retardado en un escándalo interesado que hasta ha merecido una manifestación de repulsa. Manifestación que no se convocó por la Ley del sí es sí, que rebajó penas a los delitos contra la libertad sexual con los resultados que ya conocemos y que hubo de reformar. Y no dimitió nadie. Ni hubo movilizaciones de protesta por la negativa del anterior gobierno balear, encabezado por la reciente presidenta del Congreso, a investigar los abusos sexuales y la prostitución de menores tuteladas. Y aparte, las trabas que pusieron a la comisión del Parlamento Europeo que vino a interesarse por el caso. Y para rematar el esperpento, no ha faltado una huelga de hambre con encierro en una iglesia de la madre del susodicho e impresentable individuo.
Habrá que volver a besar como indica “El beso” pasodoble incluido en la revista “La estrella de Egipto”, estrenada en 1947: “…La española cuando besa / es que besa de verdad. / Y a ninguna le interesa / besar con frivolidad. (…) Le puede dar usted un beso en la mano. / O puede darle un beso de hermano. / Así, la besará cuanto quiera. / Pero un beso de amor / no se lo da a cualquiera”.
De circos gratuitos vamos bien sobrados mientras el pan y el resto de la cesta de la compra y la gasolina, cada vez más caros.
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Vientos y tempestades
Algo no está funcionando bien en nuestra sociedad cuando la delincuencia aumenta de manera continuada y en todos los órdenes. Y algo están haciendo mal –o no están haciendo nada y miran hacia otro lado, lo que es peor- nuestras autoridades para detener este deterioro de la convivencia. La demora en la toma de medidas complica la aplicación de las soluciones. Más vale prevenir que curar. Para sanar una enfermedad, han de investigarse primero sus causas y después actuar sobre las mismas. Pero si se busca la verdad se corre el peligro de encontrarla. Y muchas veces, la verdad es contraria a la corrección política, algo completamente imperdonable en nuestro mundo de mentiras y medias verdades.
A pesar del gravoso Ministerio de Igualdad y de su profusa actividad propagandística y organizativa, los delitos contra la libertad sexual, incluidas las violaciones, siguen creciendo.
Según el Ministerio del Interior, ello se debe a la mayor disposición de las víctimas a denunciar las agresiones.
No obstante, no han disminuido las muertes por violencia machista o de género, negada por unos, ni las causadas por violencia doméstica o intrafamiliar, negada por los otros y las otras.
Sin duda alguna, la forma más execrable de violencia es la de los padres y madres que asesinan a sus hijos. La violencia extrema contra los niños es un problema importante pero invisibilizado y silenciado por los medios de comunicación y los organismos oficiales de los que es difícil obtener datos y estadísticas. En los últimos 16 años, el número de mujeres condenadas por matar a sus hijos supera ligeramente al de los padres filicidas. Tampoco merecen atención mediática ni política los padres muertos por los hijos ni los suicidios de jóvenes, cada vez más numerosos.
Dentro de las relaciones familiares, aparte de las citadas, se dan cuatro tipos de violencia contra la pareja o expareja: hombre contra mujer, hombre contra hombre, mujer contra mujer o mujer contra hombre. De estas cuatro posibilidades, únicamente parece causar inquietud y repulsa la primera. El resto no existen y no se publican cifras ni estudio. Y si el delincuente cambia de género, como ya ha sucedido, deja de considerarse violencia machista y se convierte en conflicto doméstico con lo que la pena se reduce. Nuestra sociedad es, cada vez, más hedonista, egoísta e intolerante lo que deriva al uso y justificación de la fuerza contra quienes nos contradicen. De nada sirve luchar contra un tipo concreto de violencia si no extirpamos el cáncer que nos impide la empatía y el respeto hacia los demás. Sembrando vientos, sólo podemos esperar recoger tempestades.
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Ganar
Vayamos al opio de la población que no se droga, el fútbol. Un equipo gana 3-0 pero cómo perdió 5-1 en el anterior partido, no pasa a la siguiente ronda, no sigue jugando la competición.
El que gana al que más puntos suma del grupo de cuatro, puede quedar descalificado. No confundamos ganar elecciones, con ser el partido con más diputados; que puede no ser el más votado, en el país, por esas desproporciones al adjudicar diputados por provincias. Las elecciones presidencialistas, son aquellas en las que se vota a candidatos a presidente, directamente, no a candidatos a diputados, que luego entre ellos, nombran al presidente. En ambos casos, el presidente único, elige a sus ministros, y estos por delegación, a todos los altos cargos, de libre designación, o sea no convocan concurso oposición para determinar las autoridades más idóneas; si es que con ese proceso selectivo se garantizara, que es sabido que no, por la falta de imparcialidad de las autoridades erigidas en tribunales examinadores. Conocidas son las victorias pírricas, en las que se pierde más que se gana, por ejemplo mueren cien mil soldados, suboficiales, oficiales, y hasta altos mandos, para conquistar un territorio, que queda inservible para cultivar por todas las sustancias tóxicas arrojadas en la guerra. Pasmo causa contemplar al angelical Jorge Azcón, espetando sin rubor, ni ápice de vergüenza, que aspira a gobernar en solitario, ninguneando a todos los que no han votado al partido que le aupara al liderazgo; la mayoría no le ha votado ni a él, por no conocerle de nada, y que si le conocieran suficientemente, no votarían ni a su partido. En los otros partidos pasa tres cuartas partes de lo mismo. La superación de la dictadura, no es otra variedad de dictadura, sino que, a cada cual lo suyo. Y lo de cada cual es administrar la parte proporcional de los presupuestos, a los votos recibidos, sin circunscripciones territoriales inferiores al que gobierna la institución. Y en cuanto a legislar, toda norma guiada por no robar ni someter a violencias... a nadie que no robe ni agreda.
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Agendas, foros y jetas
El fin del mundo llama a la puerta. El planeta está en peligro. El cambio climático y el calentamiento global van a acabar con la humanidad. En la década de los 90, fue el agujero de ozono lo que causó la alarma. Hoy ya no se habla de él. No se sabe si porque se ha cerrado o porque ya no interesa. Por otra parte, vivimos por encima de la capacidad de regeneración de la naturaleza. El 2 de agosto, ya consumimos los recursos que la Tierra genera para el año entero y
España agotó el 12 de mayo toda la producción anual de nuestro país. Es preciso tomar medidas urgentes para salvar el futuro. De esto se ocupan con cabal aplicación la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el Foro Económico Mundial, más conocido como el Foro de Davos cuyos objetivos van dirigidos a desmontar el actual sistema capitalista y sustituirlo por un gobierno tecnócrata centralizado con una reducción del nivel de vida de Occidente, del consumo de combustibles y de las libertades civiles y una progresiva automatización de los trabajos. Para ello cuentan con la indispensable complicidad de los medios de comunicación encargados de meternos el miedo en el cuerpo y de hacernos sentir culpables a fin de convencernos y prepararnos para la nueva realidad que nos espera en la que “no tendremos nada pero seremos felices”.
Entre las causas principales del cambio climático se encuentra el dióxido de carbono lanzado a la atmósfera por los vehículos movidos por gasolina o gasóleo. Resulta imperioso reducir su circulación. Y a dicha meta se encauzan. Los automóviles eléctricos o híbridos tienen un elevado precio y todo son trabas para los viejos y más contaminantes. Llenar el depósito con carburantes derivados del petróleo cuesta más y no pueden acceder al centro de las grandes ciudades. Y, a partir del año próximo, se cobrarán peajes por transitar por las autovías. Los coches se van a convertir en artículos de lujo. Los partidos progresistas se muestran también en contra del turismo de masas que deteriora los cascos históricos de las ciudades y la naturaleza y que, dicho sea de paso, tampoco deja mucho dinero. Ya se sabe quién practica este tipo de turismo. ¿Se han preocupado en buscar otras soluciones o han ido a lo más fácil, prohibir? Porque siempre pagan los de siempre.
En cambio, las élites dirigentes y los gurús de la lucha contra el cambio climático no se implican en la misma. Es una contradicción indecente que quienes deciden las restricciones a aplicar a la población mundial para limitar las emisiones de CO2, acudan a sus reuniones en sus lujosos aviones privados que contribuyen al calentamiento global mucho más que las flotas comerciales que los de a pie hemos de utilizar. Lo de predicar con el ejemplo no va con ellos.
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Envejecer
Según el dicho popular, sabe más el diablo por viejo que por diablo. Envejecer significa vivir y la vida nos surte de experiencia y de más o menos sentido común, dependiendo de las personas. Sin embargo, el mundo moderno, donde rige la apariencia y el vacío, considera la vejez como un lastre, como un estigma a ocultar o retrasar. Ya lo escribió Quevedo: “Todos deseamos llegar a viejos, y todos negamos que hemos llegado”. Por coquetería o por una absurda vanidad, mucha gente calla su edad o se resta años. Cuando nada hay mejor que cumplirlos. Manifestar a alguien que se le ve muy joven constituye un halago pero también una indirecta sobre lo viejo que es. Las verdades y las palabras ofenden. Por ello, se maquilla la realidad y se vetan determinados términos que agreden a las mentes deleznables de esta sociedad de cristal y papel cuché que hemos creado o dejado que creen y que nos tiranice. Así, se proscribe la expresión “viejo” y se la sustituye por “mayor” y se reemplaza “vejez” por “tercera edad”. Quien no se conforma es porque no quiere.
¿Cuándo se considera vieja una persona? Se envejece por fuera. Por dentro, cada uno tiene la edad de su espíritu. Observamos a jóvenes sin ganas ni entusiasmo por vivir y personas de edad plenas de vitalidad. Los años nos privan de fuerza y pujanza pero, a cambio, nos proveen de otras facultades. Nos permiten percibir la vida desde una perspectiva más libre y más serena y nos posibilitan desplegar un abanico de nuevas oportunidades. Envejecer no tiene por qué suponer el fin de las alegrías ni el ocaso de las esperanzas. En el teatro de la vida, cada acto nos ofrece interpretar un papel diferente. Sepamos envejecer con dignidad, sin complejos y sin desánimos, aceptando y adaptándonos a los cambios que imprime el paso del tiempo o quedaremos apeados del vagón que nos corresponde. Cada estación produce sus propias primicias. Degustémoslas.
Con la jubilación, se nos brinda un segundo proyecto de vida que va más allá de la mera búsqueda de entretenimientos para ocupar el tiempo libre del que disponemos, a veces excesivo ante la falta de objetivos trazados. Hay que sentirse útil. Nunca es tarde para sembrar ilusiones y esperar que maduren. El problema es que la vejez viene acompañada de inseguridades y miedos: a perder las facultades físicas y psíquicas, a la soledad, al rechazo de la familia que obliga a recluirse en residencias cuya gestión, en ocasiones, deja bastante que desear... Envejecer y morir son ley de vida, pero hasta que Caronte venga a llevarnos en su barca, disfrutemos cada momento. Y recordemos que los árboles más viejos son los que dan los frutos más dulces.
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Luna menguante de julio
Hacía mucho que no me daba por sacar una foto de la luna. La mayoría de la gente solemos fotografiar la luna cuando está en fase de "Luna llena" por la majestuosidad de la misma en el cielo. Pero el resto de las fases tienen su encanto. En este caso, "luna menguante", al no incidir la luz del sol directamente sobre la luna (como en el caso de luna llena), se perfilan mucho mejor las líneas de sus cráteres dotando a la imagen de cierto relieve. Es el mismo caso que cuando realizamos una fotografía con flash de frente al sujeto, donde la imagen queda plana, sin embargo, si ponemos el flash a 45o la cosa cambia. Pues bien, aquí nuestro flash es el sol.
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Tempus fugit
Chino chano, ya hemos traspasado el ecuador del año y entrado en plena canícula. Como decía el clásico: “Tempus fugit”; el tiempo pasa. Y lo hace de manera inexorable. Conforme celebramos cumpleaños, la velocidad a la que discurre se acelera. De niños y adolescentes, ansiábamos convertirnos en adultos para liberarnos de las cortapisas paternas y disfrutar de no sé qué ventajas y prerrogativas. Entonces, los años y los cursos escolares se nos hacían interminables, eternos. Y eso que los periodos lectivos no eran tan largos como los actuales y disfrutábamos de más vacaciones y días festivos. Ahora, alcanzada más que sobradamente la anhelada mayoría de edad, nos preguntamos el porqué de aquella absurda prisa por crecer cuando en la infancia éramos verdaderamente felices.
El problema no es dejar atrás la infancia y adolescencia y hacernos mayores. El problema es que el proceso no se detiene ni tiene freno y el tiempo sigue su curso arrollador cargando su peso sobre nuestros hombros. Al principio no lo apreciamos; nos sentimos incansables, pura actividad y energía. Pero poco a poco vamos notando sus efectos en los cuerpos. Perdemos el pelo o se encanece y ganamos peso, los surcos se incrustan en los rostros y comienzan a dolernos las articulaciones y nos fatigamos más; algo que antes no sucedía. El espejo nos miente. Al mirarnos a diario, no nos permite advertir los estragos causados por los años. Pero las fotografías, crueles, nos arrojan la verdad a los ojos. Nos hacemos viejos o, eufemísticamente, mayores. Las verdades ofenden y más bajo esta dictadura de lo políticamente correcto. Hay que andar con pies de plomo y medir las palabras. Todo molesta y agravia y hay que disfrazarlas llamándolas de otra manera.
El tiempo pasa y pasan también las personas. Por ley de vida, vamos diciendo adiós a quienes nos han precedido, a veces prematuramente, poblándose los cementerios de nombres conocidos, familiares y amigos. Y algún día, más tarde o más temprano, es inevitable, nos tocará a nosotros y, del mismo modo, también nos habrán de despedir los que vienen detrás empujando.
Queramos o no, nos hacemos viejos y la alternativa no resulta muy recomendable. Existen remedios –generadores de cada vez más prósperos negocios- para no envejecer o retrasar el natural deterioro de nuestro organismo. Pero de nada sirve si seguimos marchitándonos por dentro; y esto depende, en buena parte, de nuestra actitud personal. No envejecemos sólo cuando se nos arruga la piel sino cuando también se nos arrugan los sueños y las esperanzas.
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Nuevos Ayuntamientos
El sábado 17 de junio, se constituyeron los nuevos ayuntamientos surgidos de las últimas elecciones. Un gran número de consistorios ha cambiado de color político; entre ellos, el de Alcañiz.
La reacción de algunos candidatos que se las prometían muy felices y han visto truncadas sus expectativas, no ha sido ni correcta ni comedida. Los hay que tienen muy mal perder.
Así, el “que os den a todos” del independentista Xavier Trías al no obtener la alcaldía de Barcelona, exabrupto que se ha convertido en un fenómeno viral en las redes sociales y que, con toda certeza, pasará a la historia política de nuestro país. O el exalcalde socialista de Arganda que ha entregado limpio y expedito su despacho, sin ordenadores ni documentos, a su sucesor del PP.
Manuel Fraga -ministro de Información y Turismo de Franco, a quien se debe, a finales de los años 60 del pasado siglo, la conversión de nuestro castillo calatravo en hospedería nacional, primero, y, después, en parador, y fundador de Alianza Popular- decía que la política hace extraños compañeros de cama. Se han producido numerosas anécdotas en el nacimiento de los nuevos gobiernos municipales con pactos más que chocantes. En la localidad sevillana de Medina Sidonia, los votos del PP han dado la alcaldía a Izquierda Unida en contra del PSOE y dos concejales socialistas han abandonado el partido y para pactar con VOX el ayuntamiento de Sotoserrano, población salmantina de poco más de 500 habitantes y gobernado por el PP desde hacía 20 años.
Todas o casi todas las personas públicas justifican su vocación por un ferviente deseo de servir a la ciudadanía, servicio que suele ir acompañado de un jugoso respaldo económico, sobre todo si se toca poder. Pero los cabezas de lista, salvo excepciones, sólo saben hacerlo desde los puestos en primera fila y, si no logran sus aspiraciones, dimiten en vez de dirigir la oposición. Son múltiples los ejemplos en todos los partidos y lugares de nuestra geografía. Así lo hizo el anterior alcalde del PP que tenía asegurado un escaño en las Cortes aragonesas. ¿Lo hará también el ahora saliente, asimismo, con asiento en la asamblea autonómica y al que, por segunda vez, han vetado como candidato al Congreso? Gajes de no ser del agrado del líder del partido que ha ido colocando a los suyos y a las “víctimas” destronadas en las elecciones municipales y autonómicas y excluyendo a los díscolos y posibles competidores. De algo han de vivir muchos que, fuera de su actividad política, carecen de oficio y de beneficio. Para ejercer un cargo público, no se exige ninguna formación.
Cualquiera puede desempeñarlo. El emperador romano Calígula nombró cónsul a su caballo. Aquí no se ha llegado a tanto, todavía. Pero de darse el caso, seguro que no faltarían aplausos.
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Los mítines
Al principio de la democracia los mítines se hacían para informar o llamar al voto de los que se acercaban. Ahora sólo se hace para los suyos y para los medios de comunicación. Es un ejemplo de la incapacidad de evolucionar de los políticos.
Mucho mejor que los mítines son los folletos electorales. No los que reparten estos días, sino los que repartieron hace cuatro años y ver qué han cumplido quienes han gobernado.
En el caso de Ignacio Urquizu en Alcañiz, el programa electoral de hace cuatro años es patético. Sólo han cumplido una promesa de las muchas escritas. Iban a traer empresas y se nos han ido, iban a crear ferias y se han perdido, iban a fomentar la cultura y se ha eliminado la labor que habían hecho los humanistas, iban a crear un nuevo pabellón deportivo y no han sido capaces de mantener el actual,... La lista del no hacer es casi tan larga como su programa electoral. Han sido incapaces de tener limpia la ciudad. Como ejemplo, en el programa electoral además de mejorar la limpieza se iban a poner papeleras nuevas. Eso lo define, no han puesto ni una sola papelera nueva en cuatro años y ni han repuesto las rotas.
¿Y qué han cumplido? Nombrar a un embajador de Alcañiz. Eso es todo.
En la biblioteca de Alcañiz está el programa electoral de hace cuatro años. Invito a consultarlo con una taza de tila al lado.
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Susana Mene
Vaya por delante que no la conozco. Susana Mene, para quienes la conozcan menos, es concejala del Ayuntamiento de Alcañiz del PSOE. Es la concejala que se negó a respaldar la subida de los sueldos de sus compañeros de partido. A ella, como a mí, y a muchos más, le pareció un exceso chulesco autoponerse, con dinero público unos sueldazos nada más entrar en el Ayuntamiento y pretender subírselos poco después.
Eso le trajo consecuencias inmediatas. Ignacio Urquizu la relegó en parte de sus competencias. Además, por lo que he conocido, también tuvo persecución a nivel personal, más allá de la política.
Pese a ello, Susana Mene ha seguido trabajando activamente desde el rincón de poder que le quedaba, no retirándose a lamerse las heridas.
Lo último, era esperado, es que ya no será concejal de Alcañiz, porque Ignacio Urquizu la ha descabalgado de las listas (autonómicas y locales) para que no pueda continuar su carrera política (en los dominios controlados por Ignacio Urquizu).
Sin entrar en más análisis; mi respeto a Susana Mene que ha hecho bien su trabajo y por ello ha sido castigada.
Frente a ella, llama la atención las concejalas y los concejales que no han dado palo al agua en cuatro años y vuelven a ser aspirantes a cobrar del erario público.
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Elecciones locales
¿Cómo va a quedar la composición del Ayuntamiento de Alcañiz después del 28 de mayo? Todas las encuestas, todos los sondeos son especulación con más o menos intención política (Tezanos y cía) o con más o menos fundamentos científicos.
Cada uno maneja sus datos y también tengo los míos:
PP 7 concejales
PSOE 4 o 5 concejales
Teruel Existe 2 o 3 concejales
Vox 1 o 2 concejales
I.U. 1 concejal
¿Cómo se llega a estos resultados? Por una parte el Partido Popular perdió muchos votos por la altanería del anterior candidato Suso. Hubo hasta destacados militantes, militantes, del partido que votaron al PSOE. Ahora esos votantes vuelven al redil del partido. Los votantes del Partido Aragonés, con la incorporación en las listas del PP de Orrios y Beatriz Altaba, esta con mucha prédica en amplios sectores de la población, van a confirmar los buenos resultados del PP. Dependiendo de la marcha de la campaña podría llegar hasta los ocho concejales. Pero no son los datos de los que dispongo ahora.
El PSOE va a tener el voto de sus fieles. Los mismos que votaron a José María Andreu y podría ocurrir que se quedara en cuatro concejales. Si se
quedara en cuatro concejales, entonces el PP podría llegar a los ocho.Teruel Existe. No tiene la formación demasiada prédica entre los alcañizanos pese a que su candidato es senador. Los resultados están más próximos al dos que al tres, pero puede sacar el tercero. Sus votantes proceden en parte de los descontentos del PSOE que no se van a quedar en casa (se va a quedar más de una docena) y que consideran a Teruel Existe un partido de izquierda. También va a haber algún votante procedente del voto patrio del aragonesismo que no es capaz de olvidar algún desagravio
del PP.Vox. Parece que tiene asegurado un concejal. El segundo está en el aire. Va a depender mucho de la campaña. Vox tiene su reducto de descontentos con el sistema. Aunque parezca extraño, algunos de sus votantes proceden de Podemos. Otros van a votar a Vox porque desean que esto reviente, aunque no quieren que gobierne Vox. Si supieran que iba a ser elegido alcalde no le votarían.
IU. Son los mismos que las pasadas elecciones con los mismos votantes.
Los demás partidos van a quedar sin representación.
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Crimen y castigo
Creo que un sector mayoritario de la ciudadanía está de acuerdo con el artículo 25 de la Constitución en que las penas privativas de libertad deben estar orientadas hacia la reeducación y la reinserción social de los condenados. Y creo igualmente que una gran parte de la población estima que esas penas privativas de libertad tienen asimismo un carácter punitivo, es decir, de castigo por el delito cometido, lo cual no se encuentra reñido con el precepto constitucional de reintegración social que, muchas veces y según qué tipo de crímenes, es muy difícil por no decir imposible. Como los casos de violación o pederastia. Violadores y quienes abusan de menores son desequilibrados psicológicos de compleja curación y más si, en su tiempo de internamiento, se niegan a seguir los programas para el control de agresores sexuales que existen en algunos centros penitenciarios pero que son voluntarios para los internos. En esta clase de delincuentes, sin mujeres o menores en su entorno, es lógico mostrar un buen comportamiento durante su privación de libertad. El problema surge cuando disfrutan de un permiso o cuando, tras concluir su reclusión, se reincorporan a su antiguo ambiente sin ninguna traba y expuestos a ser tentados de nuevo por sus patologías. La tasa de reincidencia es muy elevada.
La izquierda y la extrema izquierda rechazan el carácter punitivo de las penas. Así lo declaró la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, para quien “el feminismo nunca ha sido punitivista” y elevar el tiempo de prisión de los delincuentes no proporciona más seguridad. Por lo visto, es mejor que los violadores campen a sus anchas. Y eso hicieron con la Ley del sí es sí. A partir de su entrada en vigor, los delitos cometidos han sido castigados con penas menores. Pero en Derecho se aplica el principio de retroactividad y los delincuentes que todavía no habían cumplido la totalidad de sus sentencias se han beneficiado de la reducción de estas. De resultas, ya superan el millar los que han visto disminuida su condena y la centena, los excarcelados.
Ante la alarma social y el temor a posibles efectos electorales negativos, el PSOE ha dado marcha atrás y reformado, con el apoyo del PP, una ley que iba a constituir un hito y un modelo a copiar por el resto de los países. Para el portavoz socialista en el Congreso, únicamente, se han subsanado meras cuestiones técnicas, una especie de fe erratas. Erratas que niega una parte de la parte comunista del Gobierno por lo que ha votado en contra, como la mayoría de los socios de Sánchez. Pero no pasa nada. Las ministras de Podemos, a lo suyo y seguro que cantando para sus adentros aquello de “del banco del Gobierno, no nos moverán”.
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Un año más
Un año más, por estas fechas, se abre la iglesia del Carmen, a fin de adecentarla un poco para preparar la procesión de “Las Palometas”, colofón de nuestra Semana Santa. Y un año más y cada año más se nos cae el alma a los pies de rabia e impotencia al contemplar su progresivo deterioro que pronto será ruina. El monumental retablo, una joya barroca, se salvó de la furia iconoclasta y anticatólica de los partidarios del Frente Popular durante nuestra Guerra Civil. Las imágenes fueron destruidas y la virgen y el niño de la fachada, decapitados.
Existe testimonio gráfico de estos hechos que, aunque no formen parte de la memoria democrática, son historia.
El templo, junto con los juzgados, se integraba en el convento carmelita construido en el siglo XVII o 17, pues los números romanos han sido proscritos del currículo escolar. Su restauración, tras la contienda, se sufragó con donaciones particulares; el lienzo central del altar fue sustituido por la actual escultura que representa a la Virgen del Carmen entregando el escapulario a san Simón Stock. A principios de los años sesenta, se reformó la parte central del altar y se añadieron las tallas superiores del retablo. En la misma década, el Carmen hizo las veces de Parroquia mientras la excolegiata se adaptaba a las normas del Concilio Vaticano II que le dieron el aspecto actual y que llevaron a derruir el coro, algo imperdonable y hoy impensable, como su horrible enlosado. El 16 de agosto de 2003, de nefasto recuerdo para Alcañiz, una tremenda granizada asoló los tejados de la ciudad. Se reparó la cubierta de la iglesia y continuó el culto pero el desprendimiento, un tiempo después, del remate del retablo aconsejó su cierre para evitar posibles accidentes. Y hasta la fecha. Alcañiz alberga un patrimonio que muchas ciudades se darían con un cantito en los dientes por poseerlo. Sin embargo, aquí, ni se valora ni se protege. Sólo hay que dar una vuelta por nuestras calles del casco antiguo para observar su mal estado y abandono por la apatía de los sucesivos gobiernos locales y la inmadurez e inanidad de algunos convecinos. No basta con adquirir inmuebles y realizar obras si luego no se mantienen. El Carmen, un monumento significativo de los alcañizanos, se encuentra en peligro; las autoridades eclesiásticas y políticas deben tomar cartas en el asunto antes de que sea demasiado tarde. Con unas condiciones acústicas excepcionales, el templo puede dedicarse a otras actividades. Recientemente, el Arzobispado de Zaragoza cedió una ermita de Caspe al Ayuntamiento por no poder atender a su conservación. El Consistorio de Alcañiz ¿estaría dispuesto a hacerse cargo de la iglesia del Carmen? En comparación con los políticos de otros municipios, los nuestros pintan poco o no es mucho el interés que muestran; o ambas cosas.
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Països catalans
Días atrás, aparecieron tachados con pintura negra los topónimos en catalán de las señales de la carretera entre Torrevelilla y La Cañada de Verich. Hace un tiempo, las localidades bajoaragonesas de la zona del Mezquín fueron objeto de las acciones de los independentistas catalanes. Hay que tener en cuenta que para ellos la lengua delimita la nación, es decir, los territorios donde se habla catalán forman parte de la Gran Cataluña, “els Països Catalans”, que comprenden además de Cataluña, parte de la Comunidad Valenciana o “Pais Valencià”, Baleares, los antiguos condados de Rosellón y Cerdaña –franceses desde 1659, tras el Tratado de los Pirineos-, el principado de Andorra, la ciudad italiana de Alguer, en la isla de Cerdeña, el pequeño enclave de El Carche, en la región de Murcia y lo que llaman la “Franja de Ponent”, el este de la provincias aragonesas. El controvertido término de Países catalanes apareció a finales del siglo XIX con un significado lingüístico y cultural que fue tomando una deriva política en manos de los pancatalinistas.
Hacer de los territorios con dominio idiomático catalán una unidad política independiente es el sueño del separatismo vecino que no regatea en esfuerzos ni recursos y que debería preocuparnos.
No voy a entrar en si en nuestra tierra se habla “chapurriau” o catalán o si el valenciano es catalán. Son temas a tratar de manera imparcial y desapasionada por los lingüistas y no por los políticos que siempre ideologizan y tergiversan la realidad según sus intereses. Pero se han creado muchos organismos de cuyas subvenciones viven muchos estómagos agradecidos. La lengua, que debería ser un vínculo de unión, la han convertido en un signo de división y de odio hacia quien no piensa igual. ¿Por qué no se permite que cada cual hable y use en las administraciones autonómicas la lengua oficial que desee tal como reconoce la Constitución? ¿Por qué imponer una y postergar o perseguir la otra? ¿Por qué ese miedo a la libertad? Pueden convivir perfectamente todas y el bilingüismo, o trilingüismo en el caso de Aragón, nos enriquece a los hablantes.
Recuerdo de pequeño que la gente mayor utilizaba unos vocablos hoy perdidos y que a bastantes aragoneses les sonarían casi a chino. Ese es un reto, conservar las particularidades de nuestras hablas que los medios de comunicación y los planes de estudio han contribuido a su desaparición. Por fortuna, se está trabajando por rescatarlas y para recuperar tradiciones sustituidas por modas foráneas. Aunque, como decía Ezra Pound, poeta, ensayista y músico estadounidense, la tradición ha de ser “una belleza para preservar, no un montón de cadenas para atar”.
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Cambio de sexo
Una de las ventajas de ir por detrás de otros países es poder observar qué funciona o no en ellos para copiarlo o desecharlo. Ser pioneros en cualquier actividad supone riesgos al desconocerse si el camino emprendido conducirá al éxito o, por el contrario, nos abocará al fracaso. Pero es necesario asumirlos e intentarlo. Otra cosa es pensar que, donde otros han constatado su error y están dando marcha atrás, ellos, con un ego superlativo e inexpugnable, van a llevarlo a cabo. Tal sucede con nuestros políticos que, sin tener en cuenta a expertos ni experiencias ajenas, aprueban normas condenadas al naufragio y trivializan problemas que dicen pretender solucionar. Una ley que, según Sánchez, suponía “un hito importantísimo” acaba de reformarse. El propio presidente ha reconocido sus “efectos indeseados”. En cambio, las progenitoras gestantes de la misma se mantienen en sus trece negándose a asumir su pifia y sacudiéndose las responsabilidades.
Últimamente, han surgido múltiples variedades de género en las que es muy fácil perderse, sobre todo los que crecimos en la creencia de que la biología nos había hecho hombres y mujeres atraídos por el sexo contrario o por el propio. Con la desaparición de la censura, muchos nos enteramos de la existencia de la transexualidad, personas que se sienten del sexo opuesto al de sus cuerpos. Ya en 1977, se estrenó la película “Cambio de sexo”, dirigida por Vicente Aranda y protagonizada por Victoria Abril y Bibiana Fernández, símbolo del cambio social durante la Transición y primera transexual en hablar públicamente de esta realidad oculta y silenciada hasta entonces.
Mucho ha llovido desde aquellos años y, hoy, comprendemos el drama de estas personas.
Emprender el proceso del cambio de sexo es una decisión que no debe tomarse a la ligera y requiere madurez y ayuda psicológica, entre otros motivos por su irreversibilidad, y algo más serio que ir al registro a mudarse de género y nombre cada seis meses sin otro requisito que la voluntad personal.
Este simple trámite tendrá efectos colaterales. La secretaria de Estado de Igualdad publicó un vídeo en TikTok, que borró después, reconociendo que, con la nueva ley Trans, si un hombre se cambia de sexo y agrede a una mujer no podrá considerase violencia de género o violencia machista. La modificación burocrática del sexo puede acabar con la brecha salarial entre hombres y mujeres si una parte de aquellos con empleos de sueldos más altos se declaran mujeres y una parte de estas con trabajos menos remunerados se convierten en varones, y puede también resolver la paridad en las listas electorales y en los consejos de administración de las empresas. Errar es humano pero rectificar, de sabios. Y si algo sale mal, naturalmente, la culpa se carga a otros.
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El ejemplo de Calatayud
La forma más sencilla, aunque muchas veces equivocada, de saber si una población crece es fijándonos en el aumento del número de sus habitantes.
Calatayud es la población mejor comunicada de Aragón, después de Zaragoza. Tiene una autovía que la une con Madrid y a menos de 100 kilómetros de Zaragoza. Tiene un AVE con paradas que la comunica en muy poco tiempo con Madrid, Barcelona o Zaragoza. No tienen ninguna necesidad de poner carteles con el queremos tren o autovía ya.
Calatayud fue creciendo en población. Pero fue creciendo porque se fue comiendo a su comarca, industrias incluidas. Una vez se ha comido a su comarca, salvo excepciones (en los pueblos se va quedando la gente mayor y poco más), se ha comenzado a fagocitar y en estos momentos Calatayud está perdiendo población. Está retrocediendo y con unas comunicaciones magníficas.
¿Por qué está pasando eso? Pues porque el proceso debe ser primero industrializar y luego mejorar las comunicaciones. El proceso inverso sólo sirve para que la gente se vaya. En Calatayud, con buenas comunicaciones, no se ha industrializado, ni antes, ni después, porque las comunicaciones, por mucho que se diga, no traen industria si previamente no se ha hecho un trabajo muy concienzudo y elaborado. No fue el caso de Calatayud y no está siendo el de Alcañiz.
Para el político es fácil vender las comunicaciones. Se trata de ponerlo en los presupuestos. Mucho más laborioso es traer industria, eso requiere un trabajo.
Calatayud puede servir de ejemplo de lo que puede pasar en Alcañiz.
Ojalá esté equivocado.
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Carnaval, carnaval, Montecristo
Ione Belarra, arenga espetando que son caraduras quienes dicen proteger a las "mujeres", y recortan "drásticamente" las partidas presupuestarias destinadas a colocadas encargadas de abordar sus, supuestas, penalidades y padecimientos. Conseguir que NO haya "mujeres" que roben o se pongan violentas, única forma de que no se la devuelvan, NO. Sería "matar" a las "gallinas de los huevos de oro". Ninguna médico, "en su sano juicio" curaría y prevendría, como para que desapareciera su colocación por falta de pacientes. Antes renegaría de su juramento hipocrático. Antes dejaría de ser médica. Lo que demostraría que nunca lo fue, en plenitud, al menos. Elías Bendodo, esgrime que se rebajan a, ya, más de 500, y excarcelan a más de 42, violadores, en su mayoría, réplicas del Conde de Montecristo, o sea, inocentes encarcelados injustamente, por quienes pretenden algo tan birrioso como liarse con su esposa, que si conduce a saquear el patrimonio del marido, no le harán ascos, es más suele ser el aliciente; que otra cosa, a ver si aprenden de una vez a tomar de ejemplo a Penélope, y que eso les conduzca a ser compañeras de vida en la prosperidad y en la adversidad, todos los días de sus vidas, renunciando a robar y implicarse en violencias. Félix Bolaños, o cualquier otra de sus clones efectivos, habla de alarma social, refiriéndose a la reincidencia de adictos a la violencia, cuando la realidad es más el perjurio de Jamie Lee Curtis (nominada a los Oscar del 12 de marzo de 2023, por Todo a la vez en todas partes; expresión muy descriptiva de los desvaríos políticos referidos aquí) en "Un pez llamado Wanda", para joder al marido, del que sólo recibía atenciones, y para nada le robaba ni agredía. O sea, que si salía de la cárcel, le iba a ajustar cuentas, por el maltrato de ella, no por adicción al maltrato de él.